Mucho hemos debatido -y seguiremos haciéndolo en tanto la situación siga perjudicandonos a todos- sobre el grave conflicto político que estamos atravesando. Pero esta vez quisiera que hagamos un ejercicio, planteemos un escenario hipotético: la guerrilla agraria y sus titiriteros logran su objetivo y cae el gobierno de los Kirchner.
Las bases se atomizan y se les van de control a los dirigentes rurales luego de más de 90 días de conflicto; ya no quieren otro trato que la cabeza de Cristina. Los dirigentes intentan -hipócritamente- calmarlos pero ya no les responden pues los llevaron a estar en pie de guerra y ven al cambio de postura como una traición.
En las ciudades y pueblos del país se siente cada vez más fuerte el desabastecimiento y aparecen protestas que, con la ayuda de la oposición republicana y los institucionales y democráticos medios de comunicación, se aglutina en contra del gobierno demagógico soberbio y corrupto que no puede normalizar la situación.
La tensión en los cortes de ruta se torna más violenta y luego de varios heridos empiezan a matarse entre camioneros/chacareros. Sale en todas las tapas de los diarios que murieron unos cuantos y la opinión pública se escandaliza. En los cortes se profundiza más la intransigencia debido a las muertes y el gobierno decide mandar a la gendarmería. Sin embargo, al estar tan descentralizada la protesta logran reprimir a algunos pero no dan abasto y cuando van a un corte la guerrilla agraria vuelve al anterior. En la represión además de los heridos mueren unos cuantos más al estilo Fuentealba y algún manso fuera de control dispara contra la gendarmería.
Carrió sale en una especie de cadena nacional con un lagrimón de alegría diciendo "¡Se los dije! ¡Se los dije! ¡El señor vino a la tierra a traernos el juicio final y purificará con fuego a los pecadores!". Los intelectuales sacan en Página/12 otra excelente carta en la que hacen un profundo análisis de lo que pasa pero la clase media a la segunda oración, al no entender un pomo de lo que le están hablando, frunce las cejas y hace un bollito con el diario pensando "¿Quiénes se creen que son estos ñoños? No sé bien de qué están hablando pero seguro les paga el gobierno botóxico, ¡Alcahuetes!"
Ante la situación el Gobierno decide decretar el estado de sitio y ni la guerrilla agraria ni la ciudadanía pacífica, decente y bienpensante lo respetan. Sangre en las calles, sangre en las rutas. La muerte celebra porque se puede tomar el día libre y se va al bar de la esquina a tomar una ginebra con gente despierta.
La crisis se agudiza y se paraliza el país, la economía se complica aún más y ya no hay una salida posible. Los Kirchner hacen todo lo que esté a su alcance para mantenerse en el poder y, ante el fracaso, se van en en helicóptero. Cae el gobierno y este hecho es celebrado por los mismos sectores que 32 años atrás habían festejado el golpe de Estado y que unos años más tarde vivaban a Galtieri en la plaza de Mayo.
La tensión en los cortes de ruta se torna más violenta y luego de varios heridos empiezan a matarse entre camioneros/chacareros. Sale en todas las tapas de los diarios que murieron unos cuantos y la opinión pública se escandaliza. En los cortes se profundiza más la intransigencia debido a las muertes y el gobierno decide mandar a la gendarmería. Sin embargo, al estar tan descentralizada la protesta logran reprimir a algunos pero no dan abasto y cuando van a un corte la guerrilla agraria vuelve al anterior. En la represión además de los heridos mueren unos cuantos más al estilo Fuentealba y algún manso fuera de control dispara contra la gendarmería.
Carrió sale en una especie de cadena nacional con un lagrimón de alegría diciendo "¡Se los dije! ¡Se los dije! ¡El señor vino a la tierra a traernos el juicio final y purificará con fuego a los pecadores!". Los intelectuales sacan en Página/12 otra excelente carta en la que hacen un profundo análisis de lo que pasa pero la clase media a la segunda oración, al no entender un pomo de lo que le están hablando, frunce las cejas y hace un bollito con el diario pensando "¿Quiénes se creen que son estos ñoños? No sé bien de qué están hablando pero seguro les paga el gobierno botóxico, ¡Alcahuetes!"
Ante la situación el Gobierno decide decretar el estado de sitio y ni la guerrilla agraria ni la ciudadanía pacífica, decente y bienpensante lo respetan. Sangre en las calles, sangre en las rutas. La muerte celebra porque se puede tomar el día libre y se va al bar de la esquina a tomar una ginebra con gente despierta.
La crisis se agudiza y se paraliza el país, la economía se complica aún más y ya no hay una salida posible. Los Kirchner hacen todo lo que esté a su alcance para mantenerse en el poder y, ante el fracaso, se van en en helicóptero. Cae el gobierno y este hecho es celebrado por los mismos sectores que 32 años atrás habían festejado el golpe de Estado y que unos años más tarde vivaban a Galtieri en la plaza de Mayo.
Luego de otra seguidilla de presidentes que duran menos que 5 pesos en el supermercado, pasándose la papa caliente de mano en mano; no importa cómo pero termina asumiendo el sector que representa al campo: la coalición cínica. Las tapas de Clarín y La Nación son de colección y los títeres que conducen los programas de opinión hablan del fin de la tiranía corrupta.
Cumpliendo su lider con las promesas al campo y al establishment decide sacar las retenciones a la vez que piden "de buena fe" a los empresarios agrarios que regalen el alimento necesario para abastecer al mercado local.
Pone de ministro de economía tal como lo había prometido en campaña a Lopez Murphy quien cumple con su misión de enfriar la economía, sacar los subsidios al transporte, al gas, a las naftas, a la energía y de repente el sueldo de un empleado tiene menos poder adquisitivo que un plan trabajar cotizado al día de hoy. Carrió pone en el ministerio de trabajo a Patricia Bullrich que tan bién había hecho el trabajo durante la alianza y lo manda a cagar a Moyano, no va a paritarias y cada vez que los trabajadores van a la huelga, siguiendo el consejo de Lopez Murphy quien en defensa tiene experiencia, los reprime violentamente por desacato a la democracia. Al igual que a cualquier sector social que no acepte la nueva situación y ose protestar.
Los militares celebran porque dejan de ser humillados y se ponen a disposición del gobierno a cambio de que frenen los juicios revanchistas en pos de "pacificar al país", cerrar las heridas y mirar adelante. Rompemos relaciones con el bananero país de Venezuela y pasamos a integrarnos "al mundo" (EEUU) de vuelta pero esta vez las relaciones, si bien carnales, son con preservativo.
La inseguridad es combatida por el republicano ejército y, si bien muere alguno que otro por error, la gente bien puede salir a pasear con joyas sin miedo a ser víctima del delito ya que la mano dura empieza a dar resultado: los morochos están aterrorizados.
La iglesia emite comunicados de apoyo, aconseja al gobierno y se debate si enseñar creacionismo en las escuelas públicas a la par de la teoría de la evolución de las especies. No se reparten más preservativos porque el único método que dios permite para evitar enfermedades de transmición sexual es la abstinencia. Vuelve el obispado castrense, Pando brinda con champagne en la plaza de Mayo.
El campo feliz ahora sin retenciones ni obstáculos al crecimiento planta soja hasta en el terreno donde antes quedaba la villa 31 (que ahora con el nuevo gobierno Maurice la pasó por arriba con las topadoras) y exporta todo. Los alimentos pasan a ser un bien de lujo y, si bien el campo no cumple con lo prometido de regalar la comida para abastecer al país porque prefieren exportar y así luchar contra el hambre en los paises que la garpen, el nuevo gobierno no intercede porque no quiere afectar la paz del sector.
Bajan el "excesivo" gasto público: se dejan de construir los gasoductos, las obras de infraestructura, viviendas, etc. Ya no está más de Vido y por un tiempo todos festejan suponiendo ingenuamente que ya no hay más corrupción en el gobierno.
La ley de radiodifusión que intentaba aprobar el gobierno va al cajón porque la coalición libertadora no quiere afectar la libertad de prensa y Grupo Clarín se compra hasta las antenas de los celulares. Las empresas concentradas celebran porque fusilan a Moreno, vuelve la timba financiera y en ese momento es que el tilingo promedio del país, que había celebrado la caida del gobierno que había sido electo en las urnas, se da cuenta del error de haber criticado los subsidios; de que el boleto de colectivo le sale 4 pesos, si tiene auto no cargará combustible, en invierno el gas sólo calentará las piletas de las casas de Pilar, el aire acondicionado que se había comprado en la era Kirchner se lo mete en el culo porque no puede pagar la cuenta de luz ya que a duras penas si puede comprar un kilo de harina para comer engrudo.
Eso sí, ya nadie habla de la institucionalidad, de la república, de la soberbia, del botox, del apocalipsis, del campo, de la concentración de la economía, de la inflación ni de la redistribución de la riqueza. Ahora somos el granero colonial que tanto añorábamos, y sólo nos queda preguntamos: ¿Cómo llegamos a esto? Pero nunca llegaremos a ninguna respuesta, porque siempre la culpa le tiene el otro.
Saludos
D.F.
Imagen: http://www.prensarural.org
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