composición Islas Malvinas

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Pvcia.de Tierra del Fuego,Antártida,Malvinas é Islas del atlántico Sur

miércoles, 25 de mayo de 2022

25 de Mayo una Revolución Inconclusa

 

Nada que festejar,los día 25 de mayo los dirigentes que ostentan el poder van a las misas o tedeum como quieran lamarlo,cantan el himno,bailan el pericón,etc,etc,..Y se emocionan y todo eso..Lo cierto es que nuestra Argentina padece el síndrome de Estocolmo,al otro día todo vuelve a la normalidad y pide a sus captores que les corte unbrazo,o una mano cada día menos...

Rescatamos de una Revista Publicación  en Página/3, revista aniversario, junio de 1990.

Podrán leerlo en el link completo que agregamos  +info: http://elortiba.org/old/soriano.html

Pero nosotros como todos saben publicaciones de pluma de ésta índole suelen ser alteradas y/o eleminadas,a raíz de ello es que siempre aunque cansemos al lector por lo extenso,lo agregamos completamente para que no se pierda..Y sirva a las generaciones presentes y por venir que ayuden a su memoria,y traten de ser más audaces que loss que fuimos y, somos hoy los argentinos..

A la Patria no sólo se la Ama sino que se la defiende y protege..

Sin paraguas ni escarapelas

Por Osvaldo Soriano

  24 de mayo por la noche, el coronel Saavedra y el doctor Castelli atraviesan la Plaza de la Victoria bajo la lluvia, cubiertos con capotes militares. Van a jugarse el destino de medio continente después de tres siglos de dominación española. Uno quiere la independencia, el otro la revolución, pero ninguna de las dos palabras será pronunciada esa noche. Luego de seis días de negociación van a exigir la renuncia del español Cisneros. Hasta entonces Cornelio Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, ha sido cauto: «Dejen que las brevas maduren y luego las comeremos», aconsejaba a los más exaltados jacobinos.

Desde el 18, Belgrano y Castelli, que son primos y a veces aman a las mismas mujeres, exigen la salida del virrey, pero no hay caso: Cisneros se inclina, cuanto más, a presidir una junta en la que haya representantes del rey Fernando Vll, preso de Napoleón, y algunos americanos que acepten perpetuar el orden colonial. Los orilleros andan armados y Domingo French, teniente coronel del estrepitoso regimiento de la Estrella, está por sublevarse.

Saavedra, luego de mil cabildeos, se pliega: «Señores, ahora digo que no sólo es tiempo, sino que no se debe perder ni una hora», les dice a los jacobinos reunidos en casa de Rodríguez Peña. De allí en más los acontecimientos se precipitan y el destino se juega bajo una llovizna en la que no hubo paraguas ni amables ciudadanos que repartieran escarapelas.

El orden de los hechos es confuso y contradictorio según a qué memorialista se consulte. Todos, por supuesto, salvo el pudoroso Belgrano, intentan jugar el mejor papel. Lo cierto es que el 24 todo Buenos Aires asedia el Cabildo donde están los regidores y el obispo. «Un inmenso pueblo», recuerda Saavedra en sus memorias, y deben haber sido más de cuatro mil almas si se tiene en cuenta que más tarde, para el golpe del 5 y 6 de abril de 1811, el mismo Saavedra calcula que sus amigos han reunido esa cifra en la Plaza y sólo la califica de «crecido pueblo».

La gente anda con el cuchillo al cinto, cargando trabucos, mientras Domingo French y Antonio Beruti aumentan la presión con campanas y trompetas que llaman a los vecinos de las orillas. Esa noche nadie duerme y cuando los dos hombres llegan al Cabildo, empapados, los regidores y el obispo los reciben con aires de desdén. Enseguida hay un altercado entre Castelli y el cura. «A mí no me han llamado a este lugar para sostener disputas sino para que oiga y manifieste libremente mi opinión y lo he hecho en los términos que se ha oído», dice monseñor, que se opone a la formación de una junta americana mientras quede un solo español en Buenos Aires. A Castelli se le sube la sangre a la cabeza y se insolenta: «Tómelo como quiera», se dice que le contesta. Cuatro días antes ha ido con el coronel Martín Rodríguez a entrevistarse con Cisneros que era sordo como una tapia. » ¡No sea atrevido! » le dice Cisneros al verlo gritar, y Castelli responde orondo: «¡Y usted no se caliente que la cosa ya no tiene remedio!»

Al ver que Castelli llega con las armas de Saavedra, los burócratas del Cabildo comprenden que deben destituir a Cisneros, pero dudan de su propio poder. Juan José Paso y el licenciado Manuel Belgrano esperan afuera, recorriendo pasillos, escuchando las campanadas y los gritos de la gente. Saavedra sale y les pide paciencia. El coronel es alto, flaco, parco y medido. El rubio Belgrano, como su primo, es amable pero se exalta con facilidad. Paso es hombre de callar pero luego tendrá un gesto de valentía. Entrada la noche, cuando French y Beruti han agitado toda la aldea y repartido algunos sablazos a los disconformes, Belgrano y Saavedra abren las puertas de la sala capitular para que entren los gritos de la multitud. No hay más nada que decir: Cisneros se va o lo cuelgan. ¿Pero quién se lo dice? De nuevo Castelli y el coronel cruzan la Plaza y van a la fortaleza a persuadir al virrey. Hay un último intento del español por formar una junta que lo incluya, pero Castelli, que tiene 43 años y está enfermo de cáncer, se opone. Los «duros» juegan a todo o nada. Cisneros trata de ganarse al vanidoso Saavedra, pero el coronel ya acaricia la gloria de una fecha inolvidable. Quizá piensa en George Washington mientras Castelli se imagina en la comuna francesa. Su Robespierre es un joven llamado Mariano Moreno, que espera el desenlace en lo de Nicolás Peña.

Entre tanto French, que teme una provocación, impide el paso a la gente sospechosa de simpatías realistas. Sus oficiales controlan los accesos a la Plaza y a veces quieren mandar más que los de Saavedra. Por el momento la discordia es sólo antipatía y los caballos se topan exaltados o provocadores. Al amanecer, Beruti, por orden de French, derriba la puerta de una tienda de la recova y se lleva el paño para hacer cintas que distingan a los leales de los otros. Alguien toma nota y nace la leyenda de la escarapela en el pecho.

Al amanecer, para guardar las formas, el Cabildo considera la renuncia de Cisneros, pero la nueva Junta de gobierno ya está formada. Escribe el catalán Domingo Matheu: «Saavedra y Azcuénaga son la reserva reflexiva de las ideas y las instituciones que se habían formado para marchar con pulso en las transformaciones de la autognosia (sic) popular; Belgrano, Castelli y Paso eran monarquistas, pero querían otro gobierno que el español; Larrea no dejaba de ser comerciante y difería en que no se desprendía en todo evento de su origen (español); demócratas: Alberti, Matheu y Moreno. Los de labor incesante y práctica eran Castelli y Matheu, aquél impulsando y marchando a todas partes y el último preparando y acopiando a toda costa vituallas y elementos bélicos para las empresas por tierra y agua. Alberti era el consejo sereno y abnegado y Moreno el verbo irritante de la escuela, sin contemplación a cosas viejas ni consideración a máscaras de hierro; de aquí arranca la antipatía originaria en la marcha de la Junta entre Saavedra y él.» Matheu exagera su importancia. Todos esos hombres han sido carlotistas y, salvo Saavedra, son amigos o defensores de los ingleses que en el momento aparecen a sus ojos como aliados contra España.

El delirio y la compasión

La mañana del 25, cuando muchos se han ido a dormir y otros llegan a ver «de qué se trata», el abogado Juan José Castelli sale al balcón del Cabildo y, con el énfasis de un Saint Just, anuncia la hora de la libertad. La historiografía oficial no le hará un buen lugar en el rincón de los recuerdos. El discurso de Castelli es el de alguien que arroja los dados de la Historia.

Aquellas jornadas debían ser un simple golpe de mano, pero la fuerza de esos hombres provoca una voltereta que sacudirá a todo el continente. Dice Saavedra: «Nosotros solos, sin precedente combinación con los pueblos del interior mandados por jefes españoles que tenían influjo decidido en ellos, (…) nosotros solos, digo, tuvimos la gloria de emprender tan abultada obra (…) En el mismo Buenos Aires no faltaron (quienes) miraron con tedio nuestra empresa: unos la creían inverificable por el poder de los españoles; otros la graduaban de locura y delirio, de cabezas desorganizadas; otros en fin, y eran los más piadosos, nos miraban con compasión no dudando que en breves días seríamos víctimas del poder y furor español».

 

La audacia desata un mecanismo inmanejable. Saavedra es un patriota, no un revolucionario, pero no puede oponerse a la dinámica que se desata en esos días El secretario Moreno, un asceta de la revolución, dirige sus actos y sus órdenes a forzar esa dinámica para destrozar el antiguo sistema. Habla latín, inglés y francés con facilidad; ha leído y hace publicar a Rousseau, conoce bien la Revolución Francesa y es posible que desde el comienzo se haya mimetizado con el fantasma de un Robespierre que no acabará en la tragedia de Termidor. El ateo Castelli está a su izquierda, como French y el joven Monteagudo que maneja el club de los «chisperos». Todos ellos celebran en los templos del Norte el culto de La mort est un sommeil éternel, que Fouché y la ultraizquierda francesa usaron como bandera desde 1792. Belgrano, que es muy creyente, no vacila en proponer un borrador con apuntes sobre economía para el Plan terrorista que en agosto redactará Moreno.

En la primera junta gana la gauche (la acepción de «izquierda» se pronuncia, todavía, en francés): Moreno, Castelli y Belgrano son un bloque sólido con una política propia a la que por conveniencia se pliegan Matheu, Paso y el cura Alberti; Azcuénaga y Larrea sólo cuentan las ventajas que puedan sacar y simpatizan con el presidente Saavedra que a su vez los desprecia por oportunistas. Las discordias empiezan muy pronto, con las primeras resoluciones. Castelli parte a Córdoba y el Alto Perú como comisario político de Moreno, que no confiaba en los militares formados en la Reconquista. Es él quien cumple las «instrucciones» y ejecuta a Liniers primero y al temible mariscal Vicente Nieto más tarde.

Belgrano, el otro brazo armado de los jacobinos, va a tomar el Paraguay; no hay en él la cólera terrible de su primo, sino una piedad cristiana y otoñal que lo engrandece: en el Norte captura a un ejército entero y lo deja partir bajo juramento de no volver a tomar las armas. Manda a sus gauchos desharrapados con un rigor insostenible y no mata por escarmiento sino por extrema necesidad. Sufre sífilis, cirrosis y tiene várices, pero conserva la fe cristiana y el sentido del humor. Las victorias de Castelli en Suipacha y la suya en Tucumán afirman la posición de Moreno en la Junta, pero las catástrofes de fines de año aceleran su caída.

Frente a frente, uno de levita y otro de uniforme, Moreno de Chuquisaca y Saavedra de Potosí, se odian pero no se desprecian «Impío, malvado, maquiavélico», llama el coronel al secretario de la Junta; y cuando se refiere a uno de sus amigos, dice: «El alma de Monteagudo, tan negra como la madre que lo parió». El primer incidente ocurre cuando los jacobinos descubren que diez jefes municipales están complotados contra el nuevo poder. En una sesión de urgencia Moreno propone «arcabucearlos» sin más trámite, pero Saavedra le responde que no cuente para ello con sus armas. «Usaremos entonces las de French», replica un Moreno siempre enfermo, con el rostro picado de viruela, que acaba de cumplir 30 años. Al presidente lo escandaliza que ese mestizo use siempre la amenaza del coronel French, a quien hace espiar por sus «canarios», una especie de soplones manejados por el coronel Martín Rodríguez. Los conjurados salvan la vida con una multa de dos mil pesos fuertes, propuesta por el presidente. «¿Consiste la felicidad en adoptar la más grosera e impolítica democracia? ¿Consiste en que los hombres impunemente hagan lo que su capricho e interés les sugieren? ¿Consiste en atropellar a todo europeo, apoderarse de sus bienes, matarlo, acabarlo y exterminarlo? ¿Consiste en llevar adelante el sistema de terror que principió a asomar? ¿Consiste en la libertad de religión y en decir con toda franqueza me cago en Dios y hago lo que quiero?», se pregunta Saavedra en carta a Viamonte que lo amenaza desde el Alto Perú.

Desde fines de agosto, Moreno ha hecho aprobar por unanimidad el Plan secreto de operaciones que recomienda el terror como método para destruir al enemigo emboscado. Ese texto feroz, por momentos descabellado, no se conoció hasta que a fines del siglo XIX. Eduardo Madero, el constructor del puerto, lo encontró en los archivos de Sevilla y se lo envió a Mitre. Para entonces, los premios y castigos de la historia oficial ya estaban otorgados y Moreno pasaba por un periodista y educador romántico influido por las mejores ideas de la Revolución Francesa. Pero es la aplicación de ese método sangriento lo que garantiza el triunfo de la Revolución. Hasta la llegada de San Martín la formación de los ejércitos se hizo a punta de bayoneta, la conspiración de Alzaga, como la contrarrevolución de Liniers, terminaron en suplicio y los españoles descubrieron, entonces, que los patriotas estaban dispuestos a todo: «Nuestros asuntos van bien porque hay firmeza y si por desgracia hubiéramos aflojado estaríamos bajo tierra. Todo el Cabildo nos hacía más guerra que los tiranos mandones del virreinato», escribe Castelli antes de ser llevado a juicio.

El coronel manda parar

A principios de diciembre dos circunstancias banales sirven de pretexto a la ruptura entre Moreno y Saavedra que será nefasta para la Revolución. En la plaza de toros de Retiro el presidente hace colocar sillas adornadas con cojinillos para él y su esposa. Cuando las ve, Matheu hace un escándalo y argumenta que ningún vocal merece distinción especial. Pocos días más tarde, el 6, el regimiento de Patricios da una fiesta a la que asisten Saavedra y su mujer. En un momento un oficial levanta una corona de azúcar y la obsequia a la esposa que la entrega al Presidente, Moreno se entera y esa misma noche escribe un decreto de supresión de honores. Saavedra se humilla y lo firma, pero el rencor lo carcome para siempre. Poco después, el 18 de diciembre, mientras los Patricios se agitan y reclaman revancha por la afrenta civil, el coronel llama a los nueve diputados de las provincias para ampliar la Junta. Moreno, que intuye su fin, no puede oponerse a esa propuesta «democratizadora». El único que tiene el valor de votar en contra es el tímido tesorero Juan José Paso.

Moreno renuncia y el 24 de enero de 1811 se embarca para Londres. «Me voy, pero la cola que dejo será larga», les dice a sus amigos que claman venganza. También pronuncia un mal augurio: «No sé qué cosa funesta se me anuncia en mi viaje». En alta mar se enferma y nada podrá convencer a Castelli y Monteagudo de que no lo asesinaron. «Su último accidente fue precipitado por la administración de un emético que el capitán de la embarcación le suministró imprudentemente y sin nuestro conocimiento», cuenta su hermano Manuel, que agrega en la relación de los hechos el célebre «¡Viva mi patria aunque yo perezca!»

Saavedra ha liquidado a su adversario, pero la Revolución está en peligro. El español Francisco Javier Elío amenaza desde la Banda Oriental y no todos los miembros de la Junta son confiables. El 5 y 6 de abril el coronel Martín Rodríguez,con los alcaldes de los barrios, junta a los gauchos en Plaza Miserere y los lleva hasta el Cabildo para manifestar contra los morenistas. Saavedra, que jura no haber impulsado el golpe, aprovecha para sacarse de encima al mismo tiempo a jacobinos y comerciantes corruptos. Renuncian Larrea, Azcuénaga, Rodríguez Peña y Vieytes. Los peligrosos French, Beruti y Posadas son confinados en Patagones. Belgrano y Castelli pasan a juicio por desobediencia y van presos.

Pero Saavedra sólo dura cuatro meses al frente del gobierno. Ha acercado a Rivadavia al poder, pero el brillante abogado y los porteños se ensañan con éI y lo persiguen durante cuatro años por campos y aldeas; se ensañan también con Castelli, que muere deslenguado durante el juicio; con el propio San Martín que combate en Chile; con Belgrano que muere en la pobreza y el olvido gritando el plausible «¡ Ay patria mía! » Pese a todo, la idea de independencia queda en pie levantada por San Martín, que se ha llevado como asistente a Monteagudo, «el del alma más negra que la madre que lo parió». Los ramalazos de la discordia duran intactos medio siglo y se prolongan hasta hoy en los entresijos de una historia no resuelta.

Quizás dado el destino de éstos patriotas tenemos que soportar como La Unión Europea se pasea a sus anchas por nuestro territorio,llenan las barrigas europeas con almuerzos opíparos, reparte status de ciudad a Malvinas... con una cancillería con el hocico entre el tujes de las embajadas..



Areas adjudicadas. Se entiende porqué no hay cruce por aguas argentinas en la boca oriental del estrecho de Magallanes?, se entiende porqué no hay puerto en Río Grande?, Se entiende porqué le quitaron la Isla de los Estados y Año Nuevo a la Provincia de Tierra del Fuego?, se entiende porqué no se puede pescar al Norte y Este de la Isla de los Estados?, se entiende porqué las AMP Namuncu´ra I y II?. Si aún no lo entiende...piense.


Entregar el Paraná es como entregar Malvinas | Página12


El Ministro para las Américas del Reino Unido Alan Duncan escribió en sus memorias que, al momento de concretarse el llamado Pacto de Foradori-Duncan, el vicecanciller argentino «Carlos Foradori estaba tan borracho que al día siguiente no podía recordar los detalles del documento» (Télam, 26/04/2022)

jueves, 19 de mayo de 2022

Argentina una Nación a la Deriva

!Mamá,Mamá ,La guerra es preciosa!!Un niño así exclamó..viendo la Televisión..

Occidente y el Mundo habitado x ésta humanidad se separó del alma del cuerpo..Dispuesto a regresar a las cavernas,dandole uso al hacha de piedra para extinguirse mutuamente,calmadamente,detalla su fin con premura y a la vez apresurado..hasta que todo se desvanece..Nadie contará las delicias del amor,las flores y las sonrisas ,..sólo quedará la nada..y el Universo aún no sabe de nosotros..

Allá lejos queda un susurro..Los padres existimos para decepcionar,y los hijos para evolucionar..Habrá sido así..??? )quién escribe se imagina que queda poco tiempo..al menos para mí..

LA CUESTIÓN NACIONAL

La Argentina es azotada por una embestida desestabilizadora liderada por el poder económico concentrado y una derecha cada vez más abiertamente totalitaria, fascista. 
 

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el mundo conmemora el 9 de mayo la rendición incondicional de las tropas nazis ante los ejércitos aliados en 1945. Este año, sin embargo, la guerra ruge nuevamente en el continente europeo y el aniversario del Día de la Victoria ha adquirido un significado especial. Hoy la guerra en Ucrania expone las entrañas de una crisis sistémica del orden global que escala sin límites y amenaza con extinguir la vida humana en el planeta. En el fragor de este derrumbe, nace una “nueva normalidad” institucional: un totalitarismo que absorbe al “viejo” nazismo y, deglutiéndolo, lo proyecta hacia afuera como un fenómeno nuevo. En este proceso, los trazos horribles del “viejo” nazismo se lavan en el agujero de la memoria para luego ser eyectados a la intemperie, encarnados en un fenómeno nuevo y heroico, del cual depende el futuro de los valores democráticos en el mundo. Así, esta nueva guerra desnuda los mecanismos explícitos y subliminales con los que la narrativa oficial oculta, altera y manipula información para integrarla en un relato del presente que reproduce la actual estructura de poder global.

En los tiempos que corren, y gracias al enorme avance de la tecnología y del conocimiento científico, estos procesos manipulativos adquieren velocidad inusitada: lo que antes era monstruoso se “olvida” rápidamente, nuevos aditamentos lo reconvierten y naturalizan la esencia del fenómeno que se quiere ocultar. Esta transformación bloquea la reflexión y sustituye el cuestionamiento por la obediencia automática. En este contexto, la guerra en Ucrania y su relato oficial juegan un rol crucial al convertir al nazismo/fascismo en el hilo que conduce al núcleo central de la crisis.


El nazismo y la guerra en Ucrania

Rusia jugó un rol central y decisivo en la Segunda Guerra Mundial y pagó un precio único: 27 millones de rusos murieron en el curso de 4 años defendiendo a su patria de la invasión nazi. Así, el horror al nazismo esta enraizado en el seno de cada familia rusa, que todos los años se moviliza en el Día de la Victoria portando retratos de los seres queridos muertos durante la gran gesta patriótica jamás relegada a los libros de historia [1]. Este año el Presidente ruso, Vladimir Putin, recordó que su patria hoy está amenazada por un gobierno neonazi apoyado por la OTAN y el gobierno norteamericano, pero la “operación especial” desatada el 24 de febrero logrará sin apresuramientos el objetivo de desnazificar a la región.

La invocación a “la gran guerra patriótica” para exaltar a la “operación especial” de las tropas rusas en Ucrania fue recibida por el gobierno norteamericano como “una historia revisionista bajo la forma de desinformación (…) una falsa analogía para justificar una provocación injustificada”. Al mismo tiempo, el silencio respecto al rol jugado por los neonazis en la actual guerra en Ucrania, en su gobierno y en su ejército permea todos los discursos de Occidente. Este silencio es un eje constitutivo de la guerra informativa que ahora ha transformado a los grupos neonazis de Ucrania en héroes “defensores de la democracia” [2]. Sus proclamas y su propaganda nazi se divulgan por las redes sociales, aparecen con el Presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, y en entrevistas periodísticas exhibiendo sus símbolos y tatuajes svásticos. Sus artefactos y ropas con estos símbolos se venden en Amazon y grandes tiendas del Primer Mundo. Estos grupos, sin embargo, no surgieron por arte de magia. Durante décadas, los servicios de inteligencia norteamericanos los han entrenado y han jugado un rol crucial en las “revoluciones de color”, que culminaron en el golpe blando que sustituyó en 2014 a un gobierno pro-ruso elegido democráticamente por otro hegemonizado por los grupos neonazis.

 

 

La dinámica de la guerra

La semana pasada el relato de la guerra tomó una nueva dimensión. Nuevas filtraciones a la prensa atribuyen participación directa de la inteligencia norteamericana en supuestas operaciones militares en Ucrania, incluido el hundimiento del barco insignia de la Armada rusa. Al mismo tiempo, arrecian las alertas sobre operaciones de bandera falsa con armas químicas, biológicas y nucleares, que de ocurrir legitimarían el desembarco de tropas norteamericanas y de la OTAN en el terreno. El jueves, el subsecretario del Consejo de Seguridad Nacional ruso volvió a alertar sobre el riesgo de una guerra nuclear si el conflicto continúa intensificándose.

En paralelo con esta narrativa, el abastecimiento de armas y ayuda militar adquirió mayor intensidad con la firma en Estados Unidos de una ley similar a la utilizada en la Segunda Guerra Mundial (WWII Era-lend-lease Program to Ukraine), que facilita el abastecimiento y ayuda militar libre de cargo, inmediato y sin límites a Ucrania y pagadero en un futuro tan remoto que ni siquiera es especificado. A su vez se presentó otro proyecto, también bipartidario, para otorgar 40.000 millones de dólares de ayuda militar a Ucrania. Todo esto se suma al total ya gastado en menos de tres meses en la guerra: una suma que casi equivale a un año de presupuesto militar ruso. Esto ocurre en simultáneo a que se admite que la producción militar no da abasto para satisfacer las necesidades propias, y distintas fuentes reconocen que la mayor parte de los armamentos que llegan a Ucrania son destrozados inmediatamente por bombardeos o caen en poder del ejército ruso.

Así, mientras se incrementa la guerra informativa, las grandes corporaciones que producen armamentos obtienen enormes ganancias de corto plazo y el valor de sus acciones aumenta en la bolsa a pesar de las turbulencias financieras. Estos fenómenos contribuyen a obturar la posibilidad de una negociación del conflicto y espiralizan la guerra en una dinámica caótica. A esto también colabora una política exterior que ha subestimado la legitimidad del gobierno de Putin y la capacidad de esa nación para defender militarmente sus intereses. La popularidad de Putin ha crecido a más del 80% desde el inicio de la guerra, y esta semana las tropas rusas han aumentado el control sobre varias ciudades, incluida Odesa. Esto, según el coronel Markus Reisner –uno de los principales analistas militares europeos y estratega principal del gobierno austríaco– constituye una ruptura decisiva de las fortificaciones montadas en la región por el gobierno de Ucrania desde 2014 y “una verdad amarga” que demuestra que “Putin puede ganar esta guerra” [3]. En este contexto, la decisión de Polonia de intervenir en el oeste de Ucrania en supuesta “misión de paz” y el anuncio de la incorporación de Finlandia a la OTAN implican un avance hacia la participación directa de esa alianza militar en el conflicto.

 

 

La guerra económica

Las sanciones económicas y financieras tomadas contra Rusia descansan en un diagnóstico equivocado sobre el peso e importancia de la economía rusa en la economía global y su capacidad para alterar las reglas del juego económico-internacional. Lejos de obtener los resultados buscados, estas sanciones y la respuesta rusa han operado como un boomerang, desencadenando una recesión y una crisis financiera de consecuencias inéditas.

Los enormes recursos naturales de Rusia explican su relevancia en el comercio internacional y su autosuficiencia económica: ha logrado mantener su economía en pie, no ha defaulteado su deuda externa, los ingresos por sus exportaciones han aumentado 50% en cuatro meses, su superávit comercial ha llegado a niveles desconocidos y el rublo es hoy más fuerte en relación al dólar de lo que era hace varios meses [4]. Rusia ha direccionado sus exportaciones hacia China, la India y otros mercados asiáticos, y a pesar de la disminución de su producción, se beneficia con el encarecimiento brutal de los precios de los productos que exporta. Su respuesta a las sanciones ha sido de importancia decisiva. Ha forzado a los gobiernos “hostiles” a pagar las exportaciones de gas y petróleo ruso en Gazprombank, un banco estatal, en dos etapas: en una cuenta se depositan los euros/dólares de la transacción y en la otra estos se convierten en rublos. Sólo después de esta conversión –en la que interviene el Banco de Rusia–, Rusia reconoce el pago y libera la mercadería. Estas operaciones en rublos, y la vinculación de esta moneda con el oro, han abierto las puertas a una nueva era, donde las transacciones financieras y comerciales se hacen al margen del sistema SWIFT, dominado por el dólar, y en monedas locales respaldadas por commodities. Esto, entre otras cosas, permite evitar las sanciones económicas de los Estados Unidos e implica una creciente erosión del rol del dólar como moneda internacional de reserva.

La decisión de Polonia y Bulgaria de no pagar en rublos las importaciones de gas ruso fue seguida por el corte inmediato de su suministro. Ante esto, varios países han optado por seguir las directivas rusas, desconociendo la decisión de la Presidente de la Comunidad Europea de considerar el pago en rublos como una violación de las sanciones iniciales. Esto implica el florecimiento de todo tipo de triangulaciones, cuyo resultado es un encarecimiento creciente de los precios del gas. La semana pasada, en una reunión con el Presidente norteamericano, Joseph Biden, el Primer Ministro de Italia, Mario Draghi, reconoció este fenómeno, al tiempo que informó sobre la decisión de integrar junto con Estados Unidos “un cartel de compradores de petróleo” [5].

También la semana pasada, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes alertaron al mundo que “debe despertarse y enfrentar la realidad. La capacidad energética mundial está disminuyendo en todos sus niveles”. Ni ellos ni los países petroleros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) podrán garantizar un abastecimiento adecuado cuando el mundo se recupere de la pandemia. Por lo tanto, el objetivo norteamericano de sustituir las exportaciones de gas y petróleo ruso a Europa por producción propia es cada vez más difícil de alcanzar. Esto no obsta para que las grandes corporaciones de petróleo y gas logren enormes ganancias y que el gobierno norteamericano continúe aumentando las presiones sobre Alemania y Europa para que “se independicen lo más pronto posible” del abastecimiento de gas y petróleo ruso. Tal vez esto explique la decisión tomada en los últimos días por el gobierno de Ucrania, aludiendo a una fuerza mayor, de cortar el flujo de gas ruso de un gasoducto que pasa dentro de su territorio. Esto llevó a Rusia a cortar el suministro de gas a filiales de Gazprom apropiadas por Alemania y otros países en la primera ola de sanciones.

Al igual que en el terreno militar, la dinámica de la guerra por el petróleo y el gas ruso escala sin aparente límite y anticipa precios de los commodities en continuo ascenso, inminente paralización de la industria alemana y europea y consiguiente impacto sobre la economía norteamericana. La semana pasada, el titular de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, admitió que la recesión en Europa y en las economías emergentes altamente endeudadas en dólares y agobiadas ahora por la inflación internacional y la salida de capitales puede afectar a las finanzas norteamericanas [6].

Hoy hay un billón (trillion) de dólares de deuda corporativa global que debe ser refinanciada en 2022, y los seis principales bancos norteamericanos con garantía oficial de los depósitos tienen una deuda con derivados de más de 230 billones de dólares (trillions) [7]. Esta deuda es especialmente sensible a la suba de los precios de los productos energéticos y de las tasas de interés. Jaqueada por la inflación creciente, la Reserva Federal acaba de anunciar un aumento de las tasas de interés de referencia en 50 puntos básicos, algo muy inferior al aumento inflacionario actual. Poco después, el titular de la Reserva reconocía que no tiene mecanismos que le permitan un “aterrizaje suave” en la lucha con la inflación, Goldman Sachs anticipaba un crash financiero [8] y Morgan Stanley admitía que “vivimos en los tiempos macroeconómicos más caóticos” de que se tenga memoria [9].

 


 

 

La Argentina en la encrucijada

En este contexto internacional, la Argentina se desangra acollarada al FMI y azotada por una embestida desestabilizadora liderada por el poder económico concentrado y una derecha cada vez más abiertamente totalitaria, fascista. Esta embestida es parte de un “golpe blando” que tiene ramificaciones dentro de todas las instituciones, incluyendo a partidos políticos y sindicatos. Su objetivo es desencadenar la hiperinflación y la desestabilización institucional antes de las elecciones de 2023.

Ante la gravedad de la situación, el Presidente Alberto Fernández sigue a la deriva, apostando un día a ser candidato en las próximas generales para luego retractarse; asegurando que el problema argentino reside en la desigualdad económica para afirmar enseguida que no hay que desalentar las “expectativas del mercado”. Mientras tanto, su ministro de Economía se desvive por convencer a los representantes del poder concentrado de que la inflación se termina con “su plan de tranquilizar a la economía” y responsabiliza a los que lo critican por erosionar a esas mismas “expectativas del mercado”. Algo medular: ni el Presidente ni su ministro consultan las “expectativas” de los que menos tienen, que finalmente fueron los que llevaron al Frente de Todos al gobierno.

La cuestión principal radica en los intereses que representan los funcionarios en el gobierno. Hoy, la crisis de representación democrática se agrava porque los funcionarios no utilizan sus atribuciones y los recursos que hoy tiene el Estado para controlar, y sancionar cuando sea necesario, lo que hacen los monopolios, los exportadores e importadores, y los bancos con:

  • precios,
  • abastecimiento,
  • divisas,
  • LELIQs,
  • tipo de cambio y
  • cantidades producidas, acopiadas, exportadas e importadas.

Nuestro problema es más profundo: en una economía altamente dolarizada, el ministro de Desarrollo Productivo impulsa un modelo exportador y extractivista, y un desarrollo industrial controlado por multinacionales que perpetúan la dependencia tecnológica, los precios de transferencia, la restricción externa y un mercado de trabajo cada vez más restrictivo. Pareciera, pues, que muchos funcionarios y sectores de la elite dirigente desconocen la diferencia entre crecimiento y desarrollo nacional, entre ambiciones individuales e intereses sectoriales y entre nación y dependencia.

Los cambios que ocurren en la economía internacional pueden ser hoy aprovechados para impulsar transformaciones en nuestra matriz productiva, tendientes a desarrollar a la nación incluyendo a los sectores vulnerables. En el centro de este dilema está el control de los monopolios y la necesidad de “anclar” al peso en los vastos recursos naturales que tenemos. Las masivas movilizaciones de los últimos tiempos, incluida la marcha federal piquetera del jueves pasado, muestran que el camino de salida de la crisis pasa por la participación de los que menos tienen en la solución de nuestros problemas inmediatos. Sin embargo, a los oídos sordos de los funcionarios se suma la fragmentación, el sectarismo y el vedetismo dentro de la dirigencia de los sectores populares, tanto dentro como fuera del Frente de Todos. Este problema ha sido y sigue siendo central a la desintegración social. Los tiempos de crisis se aceleran y las oportunidades de cambio no son eternas.

¿Por qué no convocar ahora a la dirigencia de los sectores populares, interna y externa al Frente de Todos, a discutir un plan conjunto de acción inmediata, destinado a frenar la embestida desestabilizadora y a delinear objetivos de corto y mediano plazo que trasciendan los tiempos electorales y permitan avanzar hacia el desarrollo nacional con inclusión social?

 

 

 

 

[1] https://www.youtube.com/watch?v=dvUW9DTG2_o&t=33s
[2] Entre otros, theguardian.com, 07/05/2022, https://www.b92.net/eng/news/world.php?yyyy=2022&mm=04&dd=14&nav_id=113531
[3] https://www-blick-ch.translate.goog/ausland/top-stratege-warnt-davor-die-russische-armee-zu-unterschaetzen-die-bittere-wahrheit-ist-putin-kann-den-krieg-gewinnen-id17459588.html?_x_tr_sl=auto&_x_tr_tl=en&_x_tr_hl=en&_x_tr_pto=wapp
[4] zerohedge.com, 12/05/2022, theeconomist.com.
[5] zeroehdge.com, 11/05/2022.
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