Este hecho sucedió en 1907 mientras transcurría el período presidencial de Pedro Montt. Las faenas se paralizaron, tras el manifiesto deseo de trabajadores de conseguir mejoras en sus condiciones de vida y laborales, las cuales eran deplorables. Entre sus peticiones estaban la eliminación del pago con fichas, jornales a tipo de cambio fijo, balanzas para los pesos y medidas para las pulperías, escuelas para los obreros, indemnización y desayuno.
El 10 de diciembre de 1907 los huelguistas paralizan las actividades de la salitrera "San Lorenzo" y el paro se ampliaba a otras de "Alto San Antonio", iniciando la "Huelga de los 18 peniques". Este nombre se debe a que los jornaleros pedían el pago de salarios a este tipo de cambio. La numerosa columna de huelguistas de Alto San Antonio llegó a Iquique portando banderas de Chile, Perú, Bolivia y Argentina, alojándose en el hipódromo de este puerto.[1El General Roberto Silva Renard junto al Coronel Ledesma tenían la misión de desalojar a los trabajadores en huelga. Se señaló a los dirigentes del comité de trabajadores que si no salían del edificio abrirían fuego contra ellos. Ante la negativa de éstos, el jefe militar ordenó a los soldados disparar. La multitud, desesperada y buscando escapar, se arrojó sobre la tropa y ésta repitió el fuego al que se le añadió el de las ametralladoras dando muerte a una cifra cercana a los mil trabajadores-
Otras fuentes contabilizan 3.600 muertes.La actual Presidenta de Chile ordenó una comisión de investigación y de memoria activa con relación a la masacre de entonces-
Algo que es común prácticamente a todas las matanzas de obreros, indígenas y campesinos ocurridas en el siglo XIX y hasta los años 30 del siglo pasado. Censura, ocultamiento y falsificación fueron la norma. Pero es razonable que fueran muchas más de lo que se acepta generalmente. En el libro “La tiranía en Chile”, escrito entre 1928 y 1929, por Carlos Vicuña Fuentes éste sostiene que hubo 700 muertos en la Escuela y en la plaza, caídos bajo las balas de los soldados mandados por el general Roberto Silva Renard a quien califica de “miserable bandido”. Sin embargo es posible que hayan sido bastante más. La densidad de la muchedumbre ametrallada, el tipo de armamento usado, el número de soldados que actuaron, los heridos que murieron por falta de atención y la previsible represión de las horas siguientes deberían considerarse. En la plaza y la escuela había varios miles de personas, trabajadores, mujeres y niños, que fueron baleados con fuego de fusilería de cientos de soldados y ráfagas de dos ametralladoras durante varios minutos. Las balas atravesaron cuerpos, tabiques, paredes y hasta árboles. Un alto número posiblemente murió por falta de atención. La plaza fue despejada por lanceros a caballo. Los sobrevivientes fueron llevados al ferrocarril para ser devueltos a la pampa. Otros fueron conducidos a los barcos que los trasladarían al sur. El altamente probable que los soldados mataran a los rendidos que parecían revoltosos y a los que protestaban contra el crimen y que los marinos fondearan a muchos. Se trataba de un escarmiento. Los fusilamientos de los prisiones fueron utilizadas en las masacres de San Gregorio y La Coruña, años después. Y son un patrón que se repite y no se olvida por parte de los militares
También el presidente de la República, Pedro Montt, fue uno de los responsables principales. Se sometió a los intereses de la oligarquía y a las conveniencias de los empresarios ingleses que controlaban el salitre. Pedro Montt hizo suyos, además, los miedos de las clases altas que veían en los trabajadores y en los pobres, sin distingos un peligro aterrador que había que sofocar a sangre y fuego. En los años inmediatamente anteriores, habían muerto ciento de personas modestas en manifestaciones populares dispersadas a balazos. Ocurría también en otros países. En 1905, los soldados del zar habían barrido a los manifestantes que se acercaron al Palacio de Invierno a reclamar justicia. En China, tropas extranjeras habían aplastado la insurrección de los “boxers” matando a miles de chinos que se levantaron contra las potencias coloniales.
Tal vez la mayor responsabilidad recaiga sobre los salitreros ingleses, agrupados en torno a la Casa Gibas. Controlaban la producción en la pampa, donde más del 50% del salitre era resultado de la inversión de capitales británicos. En sus manos estaban los ferrocarriles que trasladaban el producto al puerto. Suyos eran los bancos que permitían el funcionamiento de la industria. La mayor parte de la producción era exportada a Inglaterra donde era distribuida a los consumidores europeos.
Dato no menor de la relación de los Militares con los Británicos de una latinoamérica de rodillas a intereses más que vergonzosos-Que es la reducción a la servidumbre que acostumbran los BRITANICOS como táctica comercial-Pero lo más vergonzoso es que los propios nativos se alíen a semejantes prácticas a cambio de cuatro monedas-
bibliografia= "Santa María de las flores negras” novela de Hernán Rivera Letelier
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