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sábado, 29 de diciembre de 2007

Bolivia un repaso

Un repaso por la situación de Bolivia

Ahora que volvemos a ver noticias del estilo "Bolivia se desintegra", no viene mal hacer un repaso por la situación que atraviesa el país. Muy complicada, eso es seguro, pero al menos por el momento lejos de volar por los aires.

Recuerdo que conocí a Evo Morales en los 90, durante el Foro Social que se llevó a cabo en Buenos Aires. Evo era uno de los principales oradores del día y antes de dar su discurso pasó unas horas recorriendo las tiendas de campaña del Foro con un grupo de periodistas. Quienes creen que tiene un discurso radical, deberían de haberlo escuchado por esos días.

al decir de Agustín d´Empaire, periodista y autor del blog 20 minutos, nativo de buenos aires y viajero constante de america latina.

Morales basó parte de su discurso en despotricar contra el entonces gobierno de Sánchez de Losada, contra EE.UU, contra Chile y dedicó la otra mitad a pedir que se mire a su país sin clichés, que simplifiquen la situación que estaba pasando, y que por ese entonces ya era compleja.

Una década más tarde, Morales suavizó su discurso pero no retrocedió un ápice en llevar adelante el plan de gobierno que fue votado por mayoría en elecciones libres.

Las medidas del ejecutivo boliviano han despertado gran polémica, pero han servido para que el país más pobre de América del Sur recupere al menos parte de su dignidad y, por supuesto, de sus recursos naturales. La economía también ha mejorado con el nuevo plan.

Según el estudio del Real Instituto Elcano, la popularidad de Morales entre los españoles está por los suelos. Y es que su debut en España no fue, digamos, de lo más exitoso. En una de las coberturas periodísticas más infames del último lustro, el mandatario boliviano fue defenestrado por gran parte de la prensa española aparentemente... ¡por su jersey! (Vale la pena recordar esto)

La misma prensa se preguntaba cómo es posible que un indígena sea electo presidente de Bolivia. En rigor, la pregunta sería al revés: en un país con amplia mayoría indígena ¿Cómo es posible que haya pasado tanto tiempo para que gobierne un indio?

Morales no viene ni de los aparatos políticos ni de las corporaciones tradicionales de Bolivia, sino más bien de los movimientos sociales. En su país también fue víctima de tremebundas campañas de descrédito que incluyeron acusaciones como la de estar sometido, como no, al "poderosísimo lobby gay" realizado por el entorno de Alvaro García Linera, su vicepresidente.

Por otro lado, es innegable que su ascenso fue tan vertiginoso que no es extraño que su figura todavía esté llena de interrogantes y, sobre todo, de contradicciones. Una como ejemplo: a pesar de tener un discurso contrario a Chile durante su campaña, ha acercado posiciones con el gobierno de Bachelet, al punto que probablemente nunca antes dos gobiernos de esos países hayan estado tan unidos.

Ahora Bolivia ha vuelto a ser noticia por la resistencia que parte del país ha puesto al proyecto de reforma de la constitución impulsado desde el oficialismo.

La televisión boliviana dividió este fin de semana en su pantalla para mostrar de un lado, en La Paz, a Evo Morales y a sus seguidores festejando la nueva Constitución; del otro lado de la pantalla se veía otro festejo, esta vez en Santa Cruz, para negar la constitución y declarar la autonomía de "la media luna", los cuatro departamentos más ricos de Bolivia.

La “media luna” niega que lo busque sea la secesión, pero ha planteado un estatuto de autonomía fuera de la legalidad. El Gobierno, por su parte, ha conseguido aprobar la constitución dejando de lado a la oposición y tiene ahora la titánica tarea de conseguir que sea aprobada en referéndum.

Mientras tanto, los presidentes de Chile y de Brasil, se han acercado a Bolivia en un claro gesto de apoyo Morales para crear un corredor bioceánico a través del altiplano.

En rigor, Brasil y Bolivia llevan más de un año de relaciones complicadas a raíz de la nacionalización de los hidrocarburos en mayo de 2006. El presidente de Brasil nunca negó el derecho boliviano a retomar el control de sus recursos naturales, pero no ocultó el disgusto por cómo se llevó a cabo la operación: el ejército bolviano ocupó por la fuerza los campos que estaban bajo control de Petrobrás, empresa brasileña.

En el caso de Chile, el país andino se prepara para empezar a recibir gas desde Bolivia, una transacción que siempre estuvo cortada debido a la mala relación de los dos países (Bolivia tiene un centenario reclamo sobre Chile para obtener salida al Océano Pacífico).

Este es, más o menos simplificado, el escenario que atraviesa Bolivia. Difícil, seguro. Pero lo de la desintegración, por el momento, sólo es viable en las especulaciones o en los deseos de algunos.

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