La votación clave en el Senado de la Nación / Emilio Marín
A diferencia de colegas suyos, que jugaron con la incógnita de su voto hasta el momento de usar de la palabra en el recinto, el oleaginoso Urquía lo anticipó con un gesto político. El 25 de junio pasado renunció a la presidencia de
A partir de esa renuncia estaba a la vista que el senador votaría contra las retenciones. Si alguien tenía alguna duda la disipó el 9 de julio, cuando el gobernador de la provincia, Juan Schiaretti, anunció a la prensa que aquél le había comunicado que sufragaría de esa manera. De esa manera el empresario se alineaba con el mandatario provincial y la mayoría del PJ del distrito, inaugurando una nueva pertenencia que no se sabe cuánto le va a durar.
Es que Urquía es hombre de mudar de partido y corrientes internas, excepto de negocio, donde desde hace décadas no se mueve del directorio de Aceitera General Deheza, la cuarta o quinta exportadora nacional según los números de año a año. En eso es constante, previsible, aburridamente repetido y así también son los beneficios que logra: su patrimonio declarado asciende a 156 millones de pesos. En lo demás, en la vida política y partidaria, va y viene, según soplen los vientos y lo aconsejen sus intereses empresarios, que tienen preeminencia sobre todo lo demás.
Es que fue concejal y luego intendente con tres mandatos en la localidad de General Deheza, al sur de Córdoba. Pero cabe puntualizar que en ese momento no lo hacía por el peronismo sino por
Después de 1999 fue captado por José M. De
El 5 de octubre de ese año, en plena campaña, el entonces presidente Kirchner blanqueó que él había sido el impulsor de esa candidatura: “quiero brindarle un reconocimiento a Roberto Urquía. Cuando lo invitamos a encabezar esta propuesta, él no pensó si sería un cargo menor al que tiene. No dudó en acompañarnos y se lo agradezco”. A la luz de lo ocurrido en la madrugada del 17 de julio, a nueve meses del piropo, seguro que no repetiría eso
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