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martes, 3 de agosto de 2010

Oyarbide pide ayuda a Estados Unidos para investigar a los espías


El Ackerman Group, compuesto por ex agentes de la CIA y el FBI, está en el centro del macrigate.

A comienzos de esta semana, el juzgado federal de Norberto Oyarbide recibirá la confirmación oficial de la primicia publicada por Miradas al Sur el pasado domingo, indicando que el espía Ciro James entregó las escuchas ilegales realizadas al cuñado de Mauricio Macri, el mentalista Néstor Daniel Leonardo, en la esquina de Tagle y Libertador, donde residía en ese momento el jefe de Gobierno porteño.
En el juzgado esperan esa evidencia, que le será remitida en estos días por la empresa de telefonía a la que pertenecía el celular del espía James. En Comodoro Py opinan que esa información podría sellar la suerte de Macri, ya que esa prueba permitiría a la Cámara Federal confirmar el procesamiento del jefe de Gobierno porteño, y abrir así el paso al tratamiento de su destitución en la Legislatura. El entorno más íntimo de Macri ya le propuso una nueva estratagema: pedir licencia por tiempo indeterminado. Sería la manera de evitar el juicio político en un momento en que el bloque del PRO sufre una epidemia de deserciones. Con licencia –y apelando al ya conocido recurso de la victimización– podría mantenerse en carrera como candidato para 2011, le dicen.
Paralelamente, el juez Oyarbide remitirá esta semana un oficio a la Justicia estadounidense en el que se pide información sobre la agencia de seguridad Ackerman Group. La empresa, conformada por ex agentes de inteligencia de la CIA, la DEA y el FBI, no sólo es responsable de la seguridad del clan Macri sino que también tiene estrechos lazos con el ahora detenido ex comisario Jorge Fino Palacios y –a través de éste– con su discípulo el espía James.
Concretamente, cuando Macri insiste en que a Palacios se lo recomendaron agencias de inteligencia norteamericanas, se refiere al Ackerman Group. Oyarbide ya corroboró que esa empresa no tiene autorización para actuar en la Argentina, pero dos testigos de la causa declararon que Richard Ford, jefe de seguridad de los Macri y directivo regional de Ackerman, los amenazó –entre otras cosas– con pincharles los teléfonos.
Por una parte, el marido de Sandra Macri y cuñado de Mauricio, el parapsicólogo Néstor Leonardo, afirmó en sede judicial que Ford le advirtió a su abogado en nombre de La Famiglie que si no se divorciaba de Sandra iba a tener que “atenerse a las consecuencias”. El mentalista agregó que Ford tenía “los medios logísticos suficientes para realizar escuchas, seguimiento de personas, fotografías y filmaciones”. Ford no es sólo el jefe de seguridad de los Macri sino que este ex agente, que hasta 2005 trabajó para el FBI, también se desempeña como director regional para Sudamérica del Ackerman Group.
El espionaje contra Leonardo no constituye una excepción a la regla, sino, tal como lo explicó Marie France Peña Luque, esposa de Mariano Macri, del cual se encuentra separada de hecho, declaró que su ex contrató al Ackerman Group a efectos de controlarla, como así también que sus teléfonos se encuentran intervenidos ilegítimamente. Según la ex cuñada de Mauricio, “las pinchaduras telefónicas son moneda corriente en la familia”. “Es un modus operandi que los Macri hacen siempre. Para ellos es moneda corriente. Cuando yo estaba casada, escuchaba cosas de pinchaduras telefónicas, para ellos es lo más normal del mundo”, insistió Peña Luque.
La relación de los Macri con el Ackerman Group se remonta a la época en que se produjo el secuestro de Mauricio Macri, el 23 de agosto de 1991. El clan tenía contratada una póliza antisecuestro con la firma Chubb que –a los cuatro días de la captura de Mauricio por parte de una banda de ex comisarios–, envió a los expertos de Ackerman para asesorar en el rescate.
El actual vicepresidente de Ackerman, George Kiszynski, intervino en el caso porque estaba al frente de la oficina del FBI que coordinaba las áreas de investigaciones, secuestro y terrorismo internacional en América latina. Kiszynski, que habla un fluido castellano con acento porteño, mantiene desde entonces estrechos vínculos con el policía favorito de Mauricio, el Fino Palacios, cuando ambos estaban a cargo de la Triple Frontera. La amistad y los emprendimientos comerciales de Kiszynski y Palacios se remontan al secuestro de Macri.
Ese episodio hizo que muchos veteranos de las operaciones clandestinas de la CIA, la DEA y el FBI descubrieran que el negocio de la seguridad movía 30 millones de dólares anuales en la Argentina del menemismo. Eso produjo el desembarco de varias agencias de espionaje y seguridad estadounidenses como el Ackerman Group –que en realidad subcontrataban servicios a empresas locales–, como Strategic Consultancy, la consultora regenteada por Palacios y Osvaldo Chamorro, que fue el reducto desde donde se ejercía la verdadera conducción de la policía Metropolitana mucho antes del nombramiento formal de los dos policías.
Franco, el patriarca del clan Macri, admitió la enemistad con su yerno en una carta pública en la que reconocía que había contratado al Ackerman Group para vigilar a su hija Sandra. Mauricio empleó esa admisión para tratar de desvincularse del espionaje a su cuñado, pero hay más evidencias que comprometen al jefe de Gobierno porteño: una semana después de que comenzó a ejecutarse la escucha al celular del parapsicólogo, James fue contratado como asesor en el Ministerio de Educación porteño con un sueldo de 6.000 pesos mensuales.
Si Franco contrató a Ackerman o a James, ¿por qué habría de ser remunerado con un contrato en el ministerio de Educación? Lo lógico hubiese sido que le pagara Socma. Pero además, cuando James entregó las escuchas de Leonardo, el patriarca del clan se encontraba fuera del país: en China. La hipótesis de los investigadores es que esa contratación habría sido una recompensa por el delicado trabajo realizado y una pantalla para sus actividades de espía.
Allí no terminan las maniobras que denota algún tipo de encubrimiento. En julio de 2008 –es decir, en el mismo momento que concluyeron las escuchas a Leonardo– Ackerman contrató los servicios de la consultora de seguridad AP-Security, cuyo titular es el ex jefe de la Federal, Adrian Pelacchi. Fue para realizar una auditoría sobre la seguridad física y perimetral de la familia Macri, según confirmó a este diario Pelacchi.
“A nosotros nos convocó Ford para realizar la auditoría. Franco Macri estaba preocupado por la seguridad de su familia, en especial por sus nietos y por su hija Sandra. Nosotros sugerimos una serie de medidas vinculadas a la instalación de dispositivos electrónicos y de video para mejorar la seguridad física y perimetral”, recuerda Pelacchi.
–¿Le manifestaron algún temor por posibles escuchas telefónicas?
–No, nunca se habló de ese tema.
–¿Tuvo algún contacto con Palacios o con alguna de sus empresas por este tema?
–No, ninguno.
Cuando este diario le señala a Pelacchi la sugestiva coincidencia de fechas entre el trabajo realizado para Ackerman y el fin de las escuchas al marido de Sandra, Pelacchi no oculta cierta perplejidad que rápidamente se torna en inquietud: aunque no lo admite, su vasta experiencia como ex jefe de la Federal le indica que más allá de haber actuado de acuerdo a derecho, su empresa puede haber quedado entrampada en un escándalo al que es totalmente ajena.
Una posibilidad es que Ackerman –vía Palacios y James–, haya participado en el espionaje a Leonardo, o simplemente que lo haya detectado. En cualquier caso, la auditoría de AP-Security le resultaba útil a Ackerman para cubrirse las espaldas ante cualquier eventualidad.

EL MAPA QUE COMPLICA A MAURICIO
Miradas al Sur del pasado domingo mostró el mapa que se ve en esta página, que muestra la triangulación de las señales del celular del espía Ciro James y que convergen en el domicilio de Mauricio Macri. El mapa fue el tema central sobre el que giró una audiencia de tres horas realizada el viernes en el juzgado de Norberto Oyarbide. Además de los funcionarios del juzgado, participaron de la audiencia el defensor de Mauricio Macri, Ricardo Rosental, y la abogada de Ciro James, Valeria Corbacho. Frente a ellos, el ingeniero Ariel Garbarz, experto en telecomunicaciones, explicó como se había realizado la triangulación de las señales emitidas por el celular de James. Garbarz respondió a una batería de preguntas de los asistentes y se ofreció a rehacer el mapa publicado por Miradas al Sur cuando el juzgado reciba la información autenticada por la empresa de celulares que debería llegar a los tribunales de Comodoro Py la semana entrante. Fuentes de la empresa confirmaron que el escrito corrobora punto por punto la información adelantada por este diario. El mapa correspondiente al lugar en el que se activó el equipo de James a las 23.05 del 27 de mayo de 2008 no deja duda alguna: determina –con una aproximación menor a 100 metros radiales– la presencia del espía en Libertador y Tagle, en donde se domiciliaba Macri. Si se logra hacer una triangulación secuenciada de las señales emitidas por el celular de James, se podría reconstruir el recorrido completo que realizó el espía desde que retiró de la Side las escuchas ilegales al celular del cuñado manosanta, Néstor Leonardo. Es la pinchadura más embarazosa para el heredero de Franco. Pese a las objeciones de los defensores de Macri-James, la investigación de Miradas al Sur ya forma parte del expediente.

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Otras notas

  • El PRO pregunta "qué entregó Montenegro para salvarse”.

  • Solemne y circunspecto, Mauricio Macri aprovechó la festividad del 9 de julio para tomar juramento a cadetes de la Policía Metropolitana. Ello fue como un relanzamiento de esa fuerza, cuya nula incidencia en la lucha contra el delito la ha reducido a una milicia sólo especializada en desalojos violentos. Aún así, el alcalde porteño señaló: “Nuestra enemiga es la inseguridad; en los cuatro barrios donde actúan nuestros agentes, los vecinos están más contentos”.

  • Ya se sabe que la confirmación por parte de la Sala I de la Cámara Federal del procesamiento de Mauricio Macri en la causa por el espionaje telefónico provocó en el ámbito de la ciudad una crisis institucional sin precedentes, la cual hasta opacaría la lectura judicial del asunto.

  • Comenzaba el primer segmento vespertino de la señal TN correspondiente al 8 de junio cuando la cámara exhibió la ancha sonrisa del invitado; era nada menos que el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a quien el animador Franco Salomone presentaría con una exagerada cordialidad. El zócalo de la pantalla mostraba la siguiente inscripción: “Vecinos vigilantes”. El funcionario pasó a explicar de qué se trataba:
    –Le pedimos a la gente que nos ayude…
    Salomone quiso saber de qué manera.

  • El escándalo de las escuchas que tiene a Mauricio Macri procesado se parece cada vez más al Watergate, el caso de espionaje que en 1974 obligó a Richard Nixon a renunciar a la presidencia de los Estados Unidos.
    En uno y otro caso había grupos clandestinos para realizar trabajos sucios contra opositores políticos.

  • Mamarracho”: persona o cosa indigna de respeto. Ésa es la acepción que utilizó el jefe de Gobierno porteño en relación al fallo de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal. La sentencia, firmada por unanimidad de los jueces Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah, confirma la asociación ilícita de Jorge Fino Palacios, Ciro James y Mauricio Macri, que dictara el juez Norberto Oyarbide.

  • miradasalsur.com

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