Fue un discurso firme, de mensaje y destinatarios inequívocos. Cristina Fernández evitó las metáforas y reforzó una línea argumental que viene ensayando desde el 1 de marzo, cuando inauguró el período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional y pidió un marco de racionalidad para las negociaciones salariales entre empresarios y trabajadores. “Un país no lo puede hacer solamente un presidente o una presidenta, se necesita de la responsabilidad y de la madurez, sobre todo de aquellos que comparten este modelo y este proyecto”, exhortó ayer desde una tribuna en el partido bonaerense de José C. Paz. Y advirtió: “No tenemos que permitir el fenónemo de la extorsión. No quiero explotación ni extorsión en la República Argentina.” Esta vez, la mandataria focalizó el reclamo sobre la responsabilidad de los sindicatos, pero evitó mencionar al jefe de la CGT, Hugo Moyano. “Cuando a una organización sindical sólo le importa lo que les pasa a sus afiliados y toma actitudes que perjudican al conjunto, deja de ser un sindicato para convertirse en una corporación. Yo quiero sindicatos solidarios con todos los argentinos”, enfatizó.
El pedido incluyó también una confesión sobre su futuro electoral. “Yo no estoy muerta por volver a ser presidenta. Yo ya di todo lo que tenía que dar, a mí no me van a correr. Estoy cansada de la hipocresía, de los que dicen que quieren ayudar y al otro día hacen todo para que esto se derrumbe”, enfatizó. La reflexión condensó el malestar presidencial por la modalidad de una seguidilla de reclamos que, en las últimas semanas, afectó, entre otros servicios, la provisión de combustibles, la distribución de garrafas y la regularidad de los vuelos aéreos. Esas protestas, razonan en el gobierno, son un intento de erosionar las negociaciones que Cristina inició con los sectores empresarios y sindicales para abrir una mesa de diálogo social. Esos contactos incluyeron, en los últimos diez días, a la flamante conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA), a cargo de José Ignacio de Mendiguren; la CGT; el sector de la CTA que responde a Hugo Yasky; y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Ayer, la mandataria mostró sin tapujos el disgusto por el supuesto intento de debilitar esas conversaciones que, según coincidieron dos funcionarios de confianza de la presidenta consultados por Tiempo Argentino, apuntan en su espíritu a reforzar los acuerdos de gobernabilidad que permitan, como suele señalar Cristina Fernández, iniciar el proceso de “institucionalización” del modelo económico-social inaugurado en 2003.
La secuencia que dibujó el discurso de Cristina fue casi inmediata. Apenas una hora después del acto que la presidenta encabezó en territorio bonaerense, la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles resolvió levantar por 24 horas el paro por tiempo indeterminado que había convocado en refinerías y depósitos.
Esa medida de fuerza se había sumado a otras protestas que, en el último mes, pusieron en alerta al Ejecutivo. Esa lista incluye el paro de petroleros en Santa Cruz –“no podemos perder luego de 24 días de huelga 300 millones de dólares por un reclamo que ni siquiera es salarial”, había dicho Cristina a fines de abril– y la huelga de Camioneros que, la última semana, complicó la provisión de nafta y gasoil en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
El cuadro se completó con el bloqueo de cuatro horas en las entradas de Aeroparque y el Aeropuerto de Ezeiza, que el lunes protagonizaron trabajadores de la Unión Personal de Aeronavegación de Entes Privados (UPADEP).
Moyano acompañó la decisión de los petroleros con silencio. Desde la CGT, Julio Piumato prefirió descartar un divorcio entre la central obrera y la Casa Rosada. “Nadie se suicida y menos la jefa”, sentenció.
En el acto que compartió con el gobernador Daniel Scioli y el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, Cristina argumentó sin medias tintas. “Siempre me van a tener del lado de los trabajadores, porque este no es un gobierno neutral. Tenemos que llegar a todos los sectores pero no podemos ser rehenes de aquellos que, por una determinada actividad, pueden afectar al resto de la sociedad”, subrayó. Y tomó el ejemplo de Aerolíneas Argentinas: “Estamos poniendo millones de dólares, no podemos tener conflictos que perjudican la imagen y sirven de tributo a un discurso que quiere que los servicios esenciales no estén en manos del Estado”, puntualizó.
Aunque la presidenta concentró su reclamo en los últimos conflictos gremiales, en el gobierno aceptaban ayer que el disgusto con sectores del sindicalismo se inscribe en un territorio más amplio. Ese cuadro suma lo que algunos funcionarios del gobierno denominan “zancadillas” políticas: el “nunca le hicimos un paro general” que pronunció el vocero de la CGT, Juan Carlos Schmidt, y que el gobierno interpretó como una amenaza velada; y el reciente respaldo del jefe del sindicato de los taxistas, Omar Viviani, a la precandidatura de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires.
Por eso, en la Casa Rosada relativizaban anoche la afirmación de Cristina sobre un posible paso al costado. “Lo que puso sobre la mesa es la defensa del modelo”, coincidieron dos de los funcionarios que ayer la acompañaron en el acto de José C. Paz
Nota aparte=y esto lo digo yo el que origina el blog..A que quieren jugar los cumpas de la CGT y los otros sindicatos..? a armarles las listas a la JEFA como dicen ellos..? muchachos asi no esto lo usaron en el 55,76,89 con los gordos,y asi nos fue que carajo les pasa.aun no aprenden como es la Politica..?Vergüenza deberia darles ,no aprendieron nada de Perón..ni de Néstyor ni de la movilizacion juvenil..quieren jugar en la politica y todavía no pueden organizar sus sindicatos y sus gerentes de las ART..de que vienen a hablar..?? como decia el general Idiotas útiles los hay en todos lados nosotros tambien tenemos algunos pero nos hacemos los tontos esperando que reflexionen..y encuentren el camino de nuevo peronismo..
El pedido incluyó también una confesión sobre su futuro electoral. “Yo no estoy muerta por volver a ser presidenta. Yo ya di todo lo que tenía que dar, a mí no me van a correr. Estoy cansada de la hipocresía, de los que dicen que quieren ayudar y al otro día hacen todo para que esto se derrumbe”, enfatizó. La reflexión condensó el malestar presidencial por la modalidad de una seguidilla de reclamos que, en las últimas semanas, afectó, entre otros servicios, la provisión de combustibles, la distribución de garrafas y la regularidad de los vuelos aéreos. Esas protestas, razonan en el gobierno, son un intento de erosionar las negociaciones que Cristina inició con los sectores empresarios y sindicales para abrir una mesa de diálogo social. Esos contactos incluyeron, en los últimos diez días, a la flamante conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA), a cargo de José Ignacio de Mendiguren; la CGT; el sector de la CTA que responde a Hugo Yasky; y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Ayer, la mandataria mostró sin tapujos el disgusto por el supuesto intento de debilitar esas conversaciones que, según coincidieron dos funcionarios de confianza de la presidenta consultados por Tiempo Argentino, apuntan en su espíritu a reforzar los acuerdos de gobernabilidad que permitan, como suele señalar Cristina Fernández, iniciar el proceso de “institucionalización” del modelo económico-social inaugurado en 2003.
La secuencia que dibujó el discurso de Cristina fue casi inmediata. Apenas una hora después del acto que la presidenta encabezó en territorio bonaerense, la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles resolvió levantar por 24 horas el paro por tiempo indeterminado que había convocado en refinerías y depósitos.
Esa medida de fuerza se había sumado a otras protestas que, en el último mes, pusieron en alerta al Ejecutivo. Esa lista incluye el paro de petroleros en Santa Cruz –“no podemos perder luego de 24 días de huelga 300 millones de dólares por un reclamo que ni siquiera es salarial”, había dicho Cristina a fines de abril– y la huelga de Camioneros que, la última semana, complicó la provisión de nafta y gasoil en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
El cuadro se completó con el bloqueo de cuatro horas en las entradas de Aeroparque y el Aeropuerto de Ezeiza, que el lunes protagonizaron trabajadores de la Unión Personal de Aeronavegación de Entes Privados (UPADEP).
Moyano acompañó la decisión de los petroleros con silencio. Desde la CGT, Julio Piumato prefirió descartar un divorcio entre la central obrera y la Casa Rosada. “Nadie se suicida y menos la jefa”, sentenció.
En el acto que compartió con el gobernador Daniel Scioli y el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, Cristina argumentó sin medias tintas. “Siempre me van a tener del lado de los trabajadores, porque este no es un gobierno neutral. Tenemos que llegar a todos los sectores pero no podemos ser rehenes de aquellos que, por una determinada actividad, pueden afectar al resto de la sociedad”, subrayó. Y tomó el ejemplo de Aerolíneas Argentinas: “Estamos poniendo millones de dólares, no podemos tener conflictos que perjudican la imagen y sirven de tributo a un discurso que quiere que los servicios esenciales no estén en manos del Estado”, puntualizó.
Aunque la presidenta concentró su reclamo en los últimos conflictos gremiales, en el gobierno aceptaban ayer que el disgusto con sectores del sindicalismo se inscribe en un territorio más amplio. Ese cuadro suma lo que algunos funcionarios del gobierno denominan “zancadillas” políticas: el “nunca le hicimos un paro general” que pronunció el vocero de la CGT, Juan Carlos Schmidt, y que el gobierno interpretó como una amenaza velada; y el reciente respaldo del jefe del sindicato de los taxistas, Omar Viviani, a la precandidatura de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires.
Por eso, en la Casa Rosada relativizaban anoche la afirmación de Cristina sobre un posible paso al costado. “Lo que puso sobre la mesa es la defensa del modelo”, coincidieron dos de los funcionarios que ayer la acompañaron en el acto de José C. Paz
Nota aparte=y esto lo digo yo el que origina el blog..A que quieren jugar los cumpas de la CGT y los otros sindicatos..? a armarles las listas a la JEFA como dicen ellos..? muchachos asi no esto lo usaron en el 55,76,89 con los gordos,y asi nos fue que carajo les pasa.aun no aprenden como es la Politica..?Vergüenza deberia darles ,no aprendieron nada de Perón..ni de Néstyor ni de la movilizacion juvenil..quieren jugar en la politica y todavía no pueden organizar sus sindicatos y sus gerentes de las ART..de que vienen a hablar..?? como decia el general Idiotas útiles los hay en todos lados nosotros tambien tenemos algunos pero nos hacemos los tontos esperando que reflexionen..y encuentren el camino de nuevo peronismo..
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