El presidente Barack Obama acaba de encargar al ex senador demócrata George Mitchell que procure un arreglo a la cuestión palestina. Es un hábil negociador: encabezó la comisión que logró pacificar Irlanda del Norte, pero su visión del problema difícilmente coincida con la de Dennis Ross, designado enviado especial a todo el Medio Oriente, o con la de Richard Holbrook, hoy representante de Obama en Pakistán y Afganistán, países en los que el nuevo mandatario se propone centrar la guerra “antiterrorista”.
Meses antes de las elecciones estadounidenses, Holbrook –un diplomático de turbio desempeño en Kosovo– publicó un artículo en el que señala: “La situación en Afganistán está lejos de ser desesperada.
Meses antes de las elecciones estadounidenses, Holbrook –un diplomático de turbio desempeño en Kosovo– publicó un artículo en el que señala: “La situación en Afganistán está lejos de ser desesperada.
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