-->El general José Rogelio Villarreal, el almirante Pedro Santamaría y el brigadier Basilio Lami Dozo se encontraban en el despacho de la Base de Aeroparque donde hicieron descender al helicóptero que trasladaba ala Presidenta de la NAción Isabel Martínez de Perón y le comunicaron...=
Villarreal: Señora, las Fuerzas Armadas se han hecho cargo del poder político y usted ha sido destituida
Mientras otro alto oficial pasaba la contraseña a los comandantes generales que ya se instalaban en la Casa de Gobierno...“La perdiz cayó en el lazo”. Isabel Martínez de Perón había sido detenida. Mientras Isabel hablaba con los tres delegados militares, se mandó a buscar a “Rosarito” (la empleada que la acompañaba desde España) a Olivos. Previamente se le había ordenado que hiciera dos valijas con ropas para la señora. A la 1.50 un avión de la Fuerza Aérea partió con la ex Presidenta, en calidad de detenida, a Neuquén.
En su último número del año 1975, la
revista Gente de
la Editorial Atlántida, titulaba su nota central: "Nochebuena con Videla en Tucumán". Era la presentación en
sociedad del teniente general Jorge Rafael Videla, jefe del Ejército, quien por esos días daba a conocer el primer bando golpista contra el gobierno de María Estela Martínez de Perón. En aquel mensaje, que iniciaba
el estado de deliberación permanente de las tres fuerzas, Videla advertía sobre "Ia sana rabia del verdadero soldado". Poco a poco los
medios fueron tomando partido ante la nueva instancia política. En
enero de 1976, la revista
Redacción publicaba un editorial de su director, Hugo Gambini, en el que planteaba la ilegitimidad del gobierno peronista. En la opinión del actual columnista de Gerardo Sofovich en Polémica en el bar, el movimiento político creado por Juan Domingo Peron carecía históricamente de legitimidad, aun cuando había ganado la elecciones nacionales por un amplio margen. A partir del mes de marzo, la mayoría de los medios
gráficos comenzaron a aumentar el espacio dedicado a los temas militares, previendo que la amenaza de Videla fuera cumplida. Uno de los primeros en tomar partido fue el matutino
La Prensa, que prestaba sus páginas a las proclamas golpistas de Isaac Rojas quien desde su movimiento Acción Patriótica Argentina, exhortaba a decir "¡Basta!". El diario de
la familia Gainza Paz publicaba el 12 de marzo un editorial que no ahorraba calificativos: "Manirroto, desaprensivo, el gobierno no es dique de contención", aseguraba. Cinco días más tarde, Clarín y
La Nación coincidían en señalar desde sus editoriales el sentimiento de indignación" e
inseguridad" de los argentinos. El matutino de la viuda de Noble, además, titulaba su tapa con un marcada tono sarcástico: "Balbín exhortó a buscar soluciones magistrales", decía en referencia al mensaje que el político radical había dirigido por la cadena oficial la noche anterior, en el que había pedido la defensa de las instituciones democráticas. Mientras los partidos opositores y el gobierno se reunían en
la Multipartidaria en un intento de revertir la difícil situación, el vespertino
La Razón se anticipaba varios días a los acontecimientos. El 19 de marzo -casi una semana antes del golpe- su principal titular de tapa era: "Culmina el proceso". Tres días después, le recordaba a sus lectores que "hace 89 días, el comandante general del Ejército, Jorge Rafael Videla, pronunció un significativo mensaje para el país".
El 21 de marzo, el festejo por los 164 años de la creación del regimiento de Granaderos a Caballo fue la noticia más destacada en todas las tapas. La
información, habitualmente intrascendente, tenía un
interés especial ya que allí se reunirían el ministro de Defensa José Deheza y el teniente general Videla, quien pese a haberle asegurado pocos días antes que el calendario de su
reloj estaba detenido "para el uso de la fuerza", conspiraba con el resto de las Fuerzas Armadas. En la mañana del lunes 22 ,todos los diarios coincidían en señalar la inminencia del
golpe de Estado. "Alternativa inconducente", era el título del editorial de Clarín que se refería a los últimos intentos de los partidos de la oposición y el gobierno por preservar el sistema democráti-co, al adelantar la
fecha de las elecciones. Con el slogan: "Blanca y celeste, aunque nos cueste",
la Liga Pro Comportamiento Humano iniciaba una campaña destinada claramente a apoyar el levantamiento militar que tuvo continuidad en otros dos
mensajes. El primero mostraba la
imagen de un soldado bajo el título "Tu pueblo te respalda" y el otro que, sin eufemismos, aseguraba: "Las papas queman, el pueblo ya no da más". Los tres avisos fueron publicados en los principales diarios. Lorenzo Miguel, Deolindo Bittel, José Deheza y el resto de los miembros del gobierno, desmentían a cada momento que fuera a producirse un golpe. El panorama para los medios, sin embargo, era mucho más sombrío. "Es inminente el final, está todo dicho", afirmaba
La Razón con una indisimulable felicidad, el 23 de marzo. Un día después se apropiaba del poder la dictadura más sangrienta de nuestra historia. Ningún medio utilizó la figura "golpe de Estado" para definirla nueva interrupción del proceso democrático. Para
La Razón, las Fuerzas Armadas habían "asumido el ejercicio del poder",
La Prensa decía que se trataba de un "control operacional",
La Nación prefería referirse a una "asunción de poder" y Clarín informaba que se trataba simplemente de "un nuevo gobierno" y que María Estela Martínez de Perón había sufrido un "alejamiento del poder". En aquel editorial aparecido en Redacción, en el que Hugo Gambini se refería al
peronismo tres meses antes del golpe, el periodista invitaba a que sus lectores conocieran la verdad histórica por medio del testimonio de las publicaciones de la época. Gambini aseguraba que así se podría desenmascarar los "falsos testimonios de quienes se empeñan en acomodar la historia a su manera, para jugar a la
legalidad o a la ilegalidad según les convenga en cada momento, sin importarles el destino del país".
4. Los medios obsecuentes
"Quien conoce el
pensamiento de estos hombres de
armas sabe que no vienen a perseguir a nadie. Sólo puede estar preocupado el que ha delinquido, quien abusó del poder o el terrorista de cualquier signo. (...) Las Fuerzas Armadas saben perfectamente que lo suyo es una
misión de reordenamiento y reparación de
la República." (
La Razón. 27-3-76)
"Es la culminación de un largo proceso, durante el cual los mandos castrenses decidieron prepararse para dar este trascendente paso, en caso de que el proceso tomase un rumbo que pusiera en peligro la integridad nacional." (Clarín. 24-3-76)
"Señor teniente general. Queremos hablar con usted abiertamente. Sin aplausos prematuros ni reservas mentales. Lo hemos
oído con
atención. Su
discurso fue una invitación al
diálogo. Vamos a dialogar. Usted está al frente de 26 millones de argentinos cumpliendo una misión de servicio. Nosotros, hombres comunes y corrientes, también queremos sumarnos a este proceso." (Gente. 8-4-76)
"Hay que salvar a las instituciones". Las mujeres oíamos esa frase y no sabíamos exactamente qué pensar. La oíamos en boca de políticos adversarios entre sí, en boca de funcionarios públicos, de legisladores, de ministros. Salvar a las instituciones. Pero, ¿qué sucedía mientras tanto? Estallaban
bombas, aparecían cadáveres en todas partes, se cometían crímenes impunemente, el peso perdía aceleradamente su
valor, el robo se enseñoreaba en todos los estratos... Salvar las instituciones. ¿Para qué? ¿Para eso? ¿Para que todos los días nos anunciaran que estábamos cayendo más hondo hundiéndonos más en la desesperación, en la desidia, en el odio?, (Para Tí. Marzo 1976).
L REVOLUCION FUSILADORA HABIA COMENZADO---
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