
Nos secuestraron los goles
Por Alejandro Apo
El verdadero escalofrío y terror de “El bebé de Rosemary”, la gran película de Roman Polansky, es que los malos, los que bailan con el diablo, no estaban en Transilvania: eran los vecinos de los personajes que interpretaban Mia Farrow y John Cassavetes. Lo mismo pasa con el fútbol argentino y la gente cebada de poder que maneja el deporte, pero no terminábamos de verlo del todo.

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