Aún fresca la alegría del triunfo en el Maracaná por parte de nuestra selección,la realidad nos somete a no perder de vista los hechos cotidianos que pudiesen permitir a una Argentina devastada por el fascismo explicito y literal del mejor equipo de los cincuenta años..(léase PRO Cambiemos Macri,etc.)
En la que el FMI desenpolvó las viejas y austeras medidas que debería tomar éste país para hacer frente a sus acreedores,con el postre de una pandemia que asola no solo las economías del Estado sino de la todos los argentinos,creciendo la pobreza a diario entre otras pobrezas a la que parece que nos acostumbramos..
Así las cosas
El pasado viernes 9, en puentes, ciudades, puertos y barrancas del
Paraná fue impresionante el reclamo popular por la recuperación de la
soberanía sobre el privatizado río. Millares de personas en ambas
márgenes, desde Posadas y hasta los puertos bonaerenses, se expresaron
en reclamo de la soberanía y el absoluto control argentino sobre el
Paraná y todos los ríos del territorio nacional, en apoyo al decreto
427/21 recientemente emitido por el presidente Alberto Fernández y que
establece que durante doce meses el río estará a cargo de la
Administración General de Puertos (AGP). Decisión sin dudas saludable
pero insuficiente ya que no derogó el decreto 949/20, que autorizó
licitaciones públicas nacionales e internacionales en favor de empresas
extranjeras.
En el caso chaqueño y correntino, varios miles de personas
conformaron dos multitudinarias caravanas de vehículos con pancartas y
larguísimas banderas, partiendo de Resistencia y de Corrientes para
culminar en un abrazo simbólico en lo más alto del puente General
Belgrano que une ambas provincias. Desde ambas orillas, las columnas
llenaron más de tres kilómetros y en la cima se cantó el Himno Nacional y
--vaya paradoja-- fue chiflada una barcaza que justo navegaba un centenar de metros bajo el puente con bandera extranjera.
El
documento que se leyó a todo lo largo del río --y el cual silenciaron
tanto los mentimedios canallas como algunos medios dizque "amigos" que
en realidad sólo propagandizan hora a hora las canalladas de la
oposición fascista-- condenó no solamente la rapiña de empresas
multinacionales y sus socios locales sino también el sigiloso devenir
del decreto 949/2020, y el silencio que hacen algunos que reclaman
soberanía sobre las Malvinas, pero hacen mutis ante el Paraná.
Además,
y en las circunstancias actuales, bien haría nuestro gobierno en
advertir que entre los históricos golpistas de este país figuran siempre
los lobbies empresariales, verdaderos malos de todas las películas de
la industria alimentaria, que ha ganado más con la pandemia que nunca
antes, y que remarca precios sin freno y es una de las grandes
generadoras de inflación.
Golpistas conscientes o no, ellos
favorecen puebladas que a este paso podrían no demorarse. Y no sería
raro que algunos estén involucrados en el golpismo macrista y el ominoso
derrocamiento de Evo Morales en 2019. Al menos habría que estar muy
atentos porque esas grandes corporaciones son hoy verdaderos sistemas antidemocráticos de acción permanente.
Igual que los sectores del agro concentrados en algunos centenares de
fanáticos violentos. Obvio que nuestro gobierno también ha de verlo, por
lo que sería urgente empezar a cambiar de una buena vez ciertas
actitudes laxas. Sigue siendo tonto ilusionarse con que alguna vez esos
tipos pagarán los favores que siempre les hacen ciertas dirigencias
políticas argentinas.
En una emotiva carta abierta a los expertos
en dragado y señalización, Oscar Verón, veterano capitán de la flota
fluvial, señaló que su profesión es una de las pocas que exigen
bianuales exámenes psicofísicos y actualizaciones, y siendo él uno de
los fundadores del Sindicato de Dragado y Balizamiento y experto en
control de la salud del río, recordó que "en los años 90 teníamos más de
cien embarcaciones cuando se clausuró el presupuesto para su
mantenimiento, y empezaron los espurios negociados inmobiliarios para
apoderarse de las bases operativas de la Dirección Nacional de Vías
Navegables (DNVN) en Isla Demarchi, Corrientes, Rosario, Paraná,
Concepción del Uruguay, Mar del Plata, Necochea, La Plata y Bahía
Blanca".
Es interesante también su señalamiento de que "hoy el
organismo posee más de treinta embarcaciones", algunas funcionando en
manos de la sociedad Jan de Nul y Emepa, y "otras recuperables, entre
ellas ocho dragas, lanchas de estudios, remolcadores, chatas y
balizadores". Y ahora, añade, todas "sometidas a las multinacionales que
presionan para profundizar y ensanchar nuestros ríos y que no se
controlen sus puertos privados, de manera de seguir con el saqueo, el
contrabando y la subfacturación. Qué les importa a ellos el cuidado del
río y su fabuloso ecosistema".
Esto viene a cuento y es importante porque es cada vez más evidente --y peligrosa-- la muy mala salud actual del Paraná, río que padece la mayor bajante histórica en muchas décadas.
Es indispensable poner esto en agenda y eso ha llevado a reclamar
estudios urgentes para que intervengan el Ejército y la Marina, como
sucede en los Estados Unidos y otros países. Idea que de paso permitiría
apreciar cuán democratizadas están las Fuerzas Armadas y qué nivel de
decencia e incorruptibilidad les cabe, y que necesariamente lleva a
alzar las cejas a buena parte de la ciudadanía, si bien podría ser una
propuesta esperanzadora.
Con tan extrema bajante el río pierde
poder de dilución, lo que frente a los derrames y vertimientos urbanos
profundiza el riesgo de contaminación hacia su fauna y también el
consumo humano. Como dice un informante de esta columna: "A este paso,
los pocos peces del Paraná van a ir desovar a la avícola Cresta Roja".
Lo cierto es que hay incluso quienes advierten ya sobre el peligro de
que este tipo de atentados a la biodiversidad acaben por provocar lo que
se llama Terricidio o Ecocidio, que a este paso será inevitable si se
continúan envenenando nuestros ríos, mares, territorio y aire, es decir si
seguimos permitiendo que nos usen como campo de experimentación de
agrotóxicos, fracking y cianurización, y talando y quemando bosques,
expulsando comunidades y satanizando todas las defensas ambientales
originarias y populares.
El río, siempre se supo, da para
todo. Incluso hay quienes dicen que ahora mismo estaría sometido a
internas políticas que algunas fuentes califican como "tremendas" entre
gente cercana a Sergio Massa y a un ex concejal rosarino ahora en el
Ministerio de Transporte, quien tendría como asesor a un ex funcionario
de Puertos y Vías Navegables conocido como "El Colorado", también
rosarino igual que su, se dice, íntimo amigo Juan Carlos Schmidt, quien
desde hace muchos años conduce el sindicato de Dragado y Balizamiento.
En
cambio, no faltan elogios para quien algunos llaman "pingüino de pura
raza": el recién designado José Beni, abogado que es hoy máxima
autoridad de la AGP y a quien "le habrían tirado" el armado de la nueva
licitación pública internacional para dragado y balizamiento, así como
el cobro del peaje.
Como sea, el eje de la cuestión no sería el
nombre o razón social de los nuevos operadores que surgieran de tales
licitaciones, que según algunas fuentes "ya están definidos y tendrían
ojos rasgados gracias a que en territorio bonaerense sobran imberbes que
con avaricia y mezquindad estarían dispuestos a rifar soberanía en
favor de orientales que no son uruguayos". La cuestión central, no
definida aún y materia fundamental de la disputa, no sería entonces
quiénes se quedarían con el río, sino desterrar para siempre las concesiones y licitaciones de bienes fundamentales de la patria.
Se
trata, pues, de subrayar esta docencia cívica irrenunciable: sólo la
Argentina tiene capacidad para cuidar el río Paraná. Ninguna potencia
extranjera, ninguna empresa foránea podrá sustituir jamás al Estado.