Nuestros monstruos que anidan en nosotros incluyendome por supuesto..Aunque mes es díficil referirme a nuestra situación actual que no fuese parecido a épocas pasadas con los Roca Runciman,con Braden o Perón,con Videla CGT,cuya arma de Los Videla fueron los Montoneros cuyas cabezas principales están muy vivas,Firmenich, Bulrich,por decir algunos pero que son noticia siempre,y que Perón había echado de la plaza de Mayo,bueno ahora sabemos porqué..Entonces cuando allá por el 2000 los blogs revolucionaron las redes y pudimos ser protagonistas de nuestras propias visiones,entre ellos estaba el blog grupodeexpertosentodo,blogspot.com..en el que discutíamos de política obviamente,entonces recordé hace unos días a dormidano,quien era el que posteaba en ésa época en su blog..y ahí les traigo éste post del 2016,(que parece que fuese ayer nomás no)..que nos refleja como somos los Argentinos en cuanto a la reflexión y empatía..Siempre me dije a mí mismo que los argentinos deberíamos atravesar algunas tragedias más graves que la dictadura,los milei,los macri,los bulrich,los spagnulo,los etc,..imaginate estimado chichipío si estas desayunando y te llueven misiles en tu barrio,bueno algo así esta pasando en la sociedad desde tiempos inmemoriales,el compromiso con la banalidad del mal..pero fundamentalmente con la memoria,ésa que cuesta ejercer cuando vas a votar,poruqe te compras todo lo que dice la Nación y su grupo de radios,y ni hablemos de Clarín,te recuerdo además que cuando vos te endeudás de la manera que nos endeudamos los argentinos la democracia es solo una palabra bonita...el resto bueno el resto es macri miley..
Sin más los invito a la discusión de la época...
jueves, 24 de marzo de 2016
El director de cine Oliver Hirschbiegel y Bruno Ganz, actor que encarnó a
Hibler, recibieron un aluvión inmenso de críticas por la película "La caída".
Los mayores cuestionamientos se centraban en el Hitler que el filme
había mostrado. Lejos de construir un personaje malvado, demonio de los
infiernos, súcubo e íncubo, el retrato de Hitler era inquietantemente
humano. Humano en el sentido de cotidiano: Hitler no era un tipo que
desayunaba pollitos vivos, sino un señor achacoso que acariciaba un
perro. Esta humanización del mito demoníaco era profundamente
inquietante, porque esa humanidad era similar a la humanidad de los
espectadores. Y ahí estaba el problema. Ahí está el problema: los
monstruos se parecen mucho a nosotros. Tanto que cualquiera podría
serlo. El mal abandona las figuras aterradoras y se encarna en un Adolf
Eichmann, un oscuro funcionario burocrático alemán que ejecutó la
política de exterminio de Hitler como un problema burocrático (Hannah
Arendt trazó la mejor definición de este mal cotidiano, al definir la banalidad del mal "Comprendo –escribió– que el subtítulo de la presente obra (Un informe sobre la banalidad del mal)
puede dar lugar a una auténtica controversia, ya que cuando hablo de la
banalidad del mal lo hago solamente a un nivel estrictamente objetivo, y
me limito a señalar un fenómeno que, en el curso del juicio, resultó
evidente. Eichmann no era un Yago ni era un Macbeth, y nada pudo estar
más lejos de sus intenciones que ‘resultar un villano’. Eichmann carecía
de motivos, salvo aquellos demostrados por su extraordinaria diligencia
en orden a su personal progreso”.
Eichmann, culpable de crímenes ominosos, era un hombre común, cuya “normalidad es mucho más aterradora que todas las atrocidades reunidas”, como subraya Arendt. La autora sostiene que eran muchos los “terriblemente normales” y que los crímenes cometidos por Eichmann no fueron consecuencia de una mente diabólica y enferma, o la pintoresca encarnación del mal sobre la tierra, sino de algo más rutinario y banal: la mediocridad absoluta de un burócrata incapaz de desobedecer las órdenes de sus superiores.")
Eichmann, culpable de crímenes ominosos, era un hombre común, cuya “normalidad es mucho más aterradora que todas las atrocidades reunidas”, como subraya Arendt. La autora sostiene que eran muchos los “terriblemente normales” y que los crímenes cometidos por Eichmann no fueron consecuencia de una mente diabólica y enferma, o la pintoresca encarnación del mal sobre la tierra, sino de algo más rutinario y banal: la mediocridad absoluta de un burócrata incapaz de desobedecer las órdenes de sus superiores.")
¿Por qué cuento todo ésto?
Porque estamos de nuevo otra vez, ante la banalidad del mal. El triunfo
de Mauricio Macri lo indica. Las políticas que Macri promueve y el apoyo
que recibe de parte de la mayoría de sus votantes así lo indican.
Políticas de exclusión, políticas de negación, políticas de segregación.
Que reciben el aplauso de sus votantes.
Luego, cuando la historia se escriba, algunos tendrán la tentación de
tildar a Macri de monstruo, intentaran diluir su responsabilidad
apelando a la figura de Macri. Tratando de demostrar que el señor en
cuestión era un monstruo. Pero no. Al igual que Hitler, los Macri de
este mundo son emergentes de una sociedad que los forma, contiene y
alienta.
Una sociedad en donde todos y cada uno pueden convertirse en psicópatas.
Por eso, a cuarenta años de un golpe de estado en donde tampoco hubo
monstruos, la memoria sigue siendo imprescindible. Entendiendo que la
memoria es además un acto de voluntad
https://grupoexpertosentodo.blogspot.com/2016/03/la-memoria-y-los-monstruos.html
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