ELEGIR, GOBERNAR Y CONSTRUIR COMUNIDAD

ELEGIR, GOBERNAR Y CONSTRUIR COMUNIDAD
Sea este un aporte para pensar y reflexionar serenamente, preparándonos para cumplir con nuestra responsabilidad de electores el próximo 22 de noviembre.
Este pensamiento está parafraseado de otro que publicara luego de un ballotage pero de cuatro años atrás y en nuestra Provincia de Tierra del Fuego.
Ahora lo reitero parcialmente para que no crean que mi falta de opinión obedece a una actitud displicente o carente de compromiso, todo lo contrario, ante tanto ruido y palabras que nadie escucha ni retiene, aporto lo mío casi desde el silencio para no aturdirlos:
Gobernar requiere interpretar al pueblo y preparar las condiciones para el desarrollo colectivo con justicia social (Esta es tarea del Gobierno)
Construir comunidad es unir esfuerzos solidariamente en busca del bien común. (Esta es tarea de todos)
Está claro lo que nos conviene a TODOS.
Ahora bien, si esto es lo que deberían hacer quienes representan nuestra voluntad, electos o no electos, cuál es el aporte que cada uno de nosotros está dispuesto a hacer para cumplir con la cuota que como comunidad se nos reclame?
Esta digresión es pertinente, pues con frecuencia se suele pensar que la ciudadanía es la condición que las personas adquieren al cumplir con los requisitos establecidos en la ley: tener cumplidos 18 años, contar con DNI, ser elector y tener "un modo honesto de vivir"

Pero la verdad es que la ciudadanía es mucho más que una condición legal. Ciudadanía es una cualidad de las personas y sus comunidades que se asumen consecuentemente como sujetos autónomos y soberanos en el ejercicio del poder público y social. Es más que el cumplimiento de requisitos formales como votar, elegir o ser elegido, es una particular cosmovisión que identifica a la persona y su relación con las demás, en función de determinados valores que requieren y hacen posible su participación activa en la política.

En nuestro tiempo, esa cosmovisión ciudadana está basada en valores democráticos que arrancan en el pluralismo (que reconoce la diversidad), la tolerancia (que la hace legítima, aceptando el “nosotros” como parte de la circunstancia del yo individual y colectivo), el diálogo (como efectiva relación dialéctica que permite la comunicación y el intercambio racional de visiones y opciones), el consenso (que permite construir colectivamente razones generalmente aceptadas como válidas, aunque -desde luego- no únicas) y la legalidad (como forma de consagrar los consensos en normas de observación universal que -por cierto- siempre pueden ser revisadas y sancionadas como válidas o no en determinados momentos y circunstancias).

Por eso, Gobernar y construir comunidad es siempre un resultado histórico y fundamentalmente un acervo cultural de las sociedades. Más que una ley es una forma de ser y hacer, basada -como se tiene dicho- al menos en los valores del pluralismo, la tolerancia, el diálogo, el consenso y la legalidad.

De allí que su obtención no dependa de un solo esfuerzo (por ejemplo: el de hacer leyes adecuadas o el de impulsar programas gubernamentales de cualquier especie), ni de un solo Poder (sea legislativo o ejecutivo). En realidad, su fomento efectivo solo debe ser resultado de la conjunción y combinación de múltiples esfuerzos y de muy diversos agentes (institucionales claro está, pero -sobre todo- sociales y públicos, como las propias comunidades y sus organizaciones, así como los medios de comunicación) y siempre como un proceso en curso y no como un fin.

Ojalá todas estas acciones enumeradas hagan que nuestros próximos representantes ya en ejercicio del Poder Ejecutivo y Legislativo, una vez electos con quienes no pudieron serlo, logren reunirse y converger en un verdadero espíritu solidario y democrático para construir una Tierra del Fuego y una Argentina que nos cobije y nos comprenda a TODOS.

Ojalá nos den el ejemplo.

Ojalá nadie se sienta ajeno, desesperanzado, apartado, disminuido u olvidado y decida sacar su mano del trabajo por venir.

Ojalá.

Ya veremos

Adrián de Antueno
Publicado en EL Diario del Fin del Mundo (4 de julio de 2011)
La imagen es de la web (Toledo, manos solidarias)