“Esto nos viene pasando por décadas y nos afecta cuando comienza el movimiento vacacional, cuando tomamos conciencia por la masividad, pero el problema está permanente desde hace décadas”, remarcó Guzmán.
Los datos son concretos: en veinte meses cruzaron por la barcaza 188.138 vehículos, 5.647 micros, 110 mil camiones y 145.917 pasajeros. Además los camiones han transportado 1.600.000 toneladas de carga, todo eso pagado a un valor dólar superior al blue, por capricho de la empresa extranjera que factura no menos de 29 millones de dólares anuales gracias a los fueguinos.
“Creemos que en once años se paga una inversión de 300 millones de dólares, que son lo que se necesita para construir dos buques roll-on roll-off, que no son dos barcazas, y los muelles para los atraques. Hablamos de dos buques de 150 metros de largo, no de dos barcazas chiquitas que se las lleva el viento”, comparó.
Guzmán instó a la población a no centrarse más en la barcaza chilena sino en participar y reclamar para “concretar un cruce por aguas argentinas por el lugar más corto, y dejarnos de embromar”. “Tenemos el derecho constitucional de conectarnos y transitar libremente por Argentina, con un cruce que garantice no sólo la salida de vacaciones sino el gran comercio y el gran volumen de camiones de carga”, planteó.
“La barcaza tiene existencia por el movimiento económico y social de los argentinos, no de los chilenos”, observó, sin que hasta ahora se le ponga un límite al abuso por el tipo de cambio.
Recordó que la ley de cruce por aguas argentinas “está aprobada y promulgada el 19 de noviembre de 2012, hace dos años; y tiene dos elementos, el cruce por aguas argentinas y la extensión de la ruta 40 desde Cabo Vírgenes hasta Ushuaia. Es fundamental para el desarrollo turístico de toda la Patagonia Austral”, subrayó.
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