Encuentro Bolivar-San Martín-Bernardo de Monteagudo,Nestor Kirchner con Presidentesde la UNASUR sepultando al ALCA |
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Kirchner firmó el acta de defunción del ALCA en la ciudad de Mar del Plata. América del Sur libre y unida se lo reconoció otorgándole su primera presidencia. Y la línea sanmartiniana de Néstor prosigue firme y fulgurante en su compañera, sanmartiniana hasta la médula-
El aniversario de la muerte de San Martín nos encuentra unidos y luchando por nuestra emancipación. En la Argentina, como en la gran mayoría de los países miembros de la Unasur, gobierna una presidenta imbuida de penetrante ideología y profundo accionar sanmartinianos. Y ya que hablamos de ideología y acción de San Martín en el siglo XXI, nada mejor que recordar el brillante y fundamental libro del historiador cordobés A. J. Pérez Amuchástegui, que lleva por título, precisamente, Ideología y acción de San Martín. Por ser más que representativos –tal vez como ninguna otra pieza histórica– del pensamiento político de San Martín, su ideología y accionar unionista, citamos los párrafos más importantes de las páginas 59 y 60. A continuación, el poco conocido primer intento concreto de forjar una confederación de estados en la América del Sur, plasmado en los tratados del 6 de julio, bajo los auspicios de San Martín y Bolívar. “El 1º de mayo de 1822 llegó a Lima el plenipotenciario colombiano Joaquín Mosquera (enviado por Bolívar), cuya misión específica consistía en procurar la alianza confederal entre Colombia y Perú, para seguir con idéntica misión a Chile y Buenos Aires. El 9 de mayo comenzaron las negociaciones con Monteagudo (mano derecha de San Martín), y el 6 de julio se intercambiaban los tratados supletorios, cuyos contenidos no tienen desperdicio. Por ellos, ‘la República de Colombia y el Estado del Perú se unen, ligan y confederan desde ahora y para siempre en paz y guerra, para sostener con su influjo y fuerzas marítimas y terrestres, en cuanto lo permitan las circunstancias, su independencia de la nación española, y de cualquier otra dominación extranjera, y asegurar después de reconocida aquella, su mutua prosperidad, la mejor armonía y buena inteligencia, así entre sus pueblos y súbditos y ciudadanos, como con las demás potencias con quienes deben entrar en relaciones’ . Se estableció taxativamente, además, el principio de la ciudadanía hispanoamericana, en términos que no dejaban dudas sobre sus alcances y sus intenciones. A tales beneficios se sumaban los de libre tránsito y libre comercio entre los ciudadanos de ambos Estados; liberación de impuestos especiales de aduana y despacho; auxilios financieros y militares, etcétera. No se trataba, pues, de una lírica hermandad espiritual, sino de una confederación activa y ejecutiva. Y como este pacto debía ser el hilo conductor para lograr la confederación hispanoamericana como soñaban, en íntima comunión, San Martín y Bolívar, Perú y Colombia se obligaban formalmente ‘a interponer sus buenos oficios con los gobiernos de los demás Estados de la América antes Española’, para entrar en este ‘pacto de unión, liga y confederación perpetua’. De esta manera, quedó sellado formalmente el propósito de constituir una confederación de Estados soberanos de la América Meridional, ligados por pactos multilaterales que comprometieran a las partes ‘para siempre’.” Los tratados del 6 de julio vinieron a derrumbar, aunque transitoriamente, las aspiraciones separatistas de las burguesías y los comerciantes ligados al mercado de exportación y el subdesarrollo interno. Pero su implementación fue efímera. Las fuerzas balcanizadoras, más poderosas y auxiliadas por las potencias europeas, se los llevaron puestos.
Sin embargo, casi 190 años más tarde, allí donde los grandes libertadores fracasaron, allí donde la más osada iniciativa unionista sanmartiniana y bolivariana encendió la chispa de la anarquía (primero en Perú y más tarde en Colombia), Néstor Kirchner pudo triunfar. En el logro político que valió las mil y una batallas ganadas, el ex presidente sanmartiniano puso término a las maquinaciones separatistas y esclavizadoras contemporáneas más poderosas desde 1820-1830. Kirchner firmó el acta de defunción del ALCA en la ciudad de Mar del Plata. América del Sur libre y unida se lo reconoció otorgándole su primera presidencia. Y la línea sanmartiniana de Néstor prosigue firme y fulgurante en su compañera, sanmartiniana hasta la médula. Cristina Fernández de Kirchner, actualiza y profundiza los tratados del 6 de julio con la edificación de lo que habrá de ser el nuevo motor de la fusión sudamericana a apenas una década de iniciado el nuevo siglo: una moneda y una arquitectura financiera y crediticia común. En suma, y con una Colombia que, presionada por la crisis internacional, se fusiona más y más con la Unasur de la que es parte; con un Perú reconquistado por un discípulo de Velasco Alvarado, los tratados del 6 de julio se desempolvan y vuelven a ponerse en marcha. La ideología y el accionar de San Martín están más vivos que nunca en el Plata; más vivos que nunca en las Provincias Unidas; más vivos que nunca en las centenares de almas unasurinas. <
verbiografía de BERNARDO DE MONTEAGUDO
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