A veces los que cargamos algunas canas,..nos sorprendemos de otrtos que al igual que nos también cargan canas..se olvidan fácilmente ,y se dejan abrazar por la propaganda absurda de una ristra de piojosos cuya única labor cuando abren los ojos en la mañana, es difamar y, venderse..tan actual con las continuas operaciones de los Monopolios Que supimos conseguir,inventando denuncias falsas,incluso usar a jueces vasallos para l allanar la casa de los compañeros violando todas las garantías Constitucionales..Esa es la Oligarquía conservadora de la derecha entreguista,..pero peronistas que avalen los procedimientos de cretinos..? Bueno por eso apelo a la memoria de nuestro conductor Don juan Domingo Perón..que nos legara éste libro en la que nos cuenta como si fuese hoy la luha de los Pueblos..
Una escandalosa campaña publicitaria de calumnias y de injurias ha sido lanzada para destruir nuestro prestigio y vulnerar nuestro predicamento en las masas populares. Allí es donde comprobamos hasta dónde pueden descender los hombres cuando la pasión ciega su razón, el impulso anula su reflexión y la palabra llega a adelantarse al pensamiento.
Todo es ataque personal, preferentemente íntimo. Se investiga para la publicidad. No se han ocupado de nada que presupongan las anunciadas irregularidades administrativas. Todo se ha reducido a asaltar y saquear nuestras casa y mencionar lo que poseemos sin interesarles si es bien o mal habido.
Su afán de substraer toda investigación a la justicia demuestra el fin perseguido. Ellos saben que substraer un juicio de sus jueces naturales es un vicio de insanable nulidad por disposición constitucional. ¿Qué persiguen entonces con esas investigaciones inconstitucionales?, simplemente difamar, calumniar, destruir.
En nuestro país no lo conseguirán porque el pueblo conoce la verdad. En el extranjero es menester explicarlo, porque no se nos conoce. Lo hacemos a través de este libro aunque para ello debamos “chapalear en la inmundicia”. No siempre nos es dado elegir. Asombra que tanta infamia deba ser comentada, pero, a veces el corazón del hombre se impresiona en la falsedad cuando no encuentra la verdad para creer.
Y pensar que, después de todo lo que hemos hecho, nos vemos calumniados y vilipendiados por esos piojosos que en su vida no hicieron más que derrochar y malgastar los dineros que se amasan con el sudor y el sacrificio del Pueblo que ellos se atreven a masacrar con las propias armas de la Nación.
No deseo seguir sin puntualizar dos aspectos de lo tratado. La recuperación de los servicios públicos no era para los argentinos sólo una cuestión de independencia económica, era también una reparación a la dignidad nacional. La concesión leonina que entregaba una legua a cada lado de la vía que se construyera y permitía la importación libre de derecho a las empresas ferroviarias fue obra de Mitre (así se llamó esa ley). La venta de los ferrocarriles argentinos existentes, fue realizada por los gobiernos conservadores de la oligarquía argentina, que siempre actuaron de testaferro de los colonizadores. La entrega de los demás servicios fue también uno de los tantos ruinosos negociados para el país, realizados por estos argentinos que no merecen llamarse así.
Las últimas infamias cometidas, que citaré a continuación, sólo a título de ejemplo, evidenciarán a nuestros lectores cómo las gastaban los “libertadores”. Se trata de la concesión a la empresa de electricidad de Buenos Aires, CADE, y la entrega de la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires a una compañía inglesa.
Hoy, esos mismos señores hacen discursos sobre la moral pública y privada, en nombre de los “libertadores” que empeñaron al país en una triste aventura mediante una paga no menos infamante que la de aquellos.
El caso de la Corporación de Transportes de Buenos Aires
Es de otra naturaleza no tan delictuosa pero igualmente ruinosa para el país. En 1933, Inglaterra, compradora única de la producción argentina de carne, habían firmado el Tratado de Ottawa por el que se comprometía a comprar toda la carne a sus dominios.
Es así que la República Argentina, sin el mercado inglés sin los barcos ingleses para transportarla, debía reconocer una situación sumamente grave, ya que el 80% de su carne era de exportación, mientras solamente el 20% se consumía en el país.
Se resolvió enviar una misión a Londres para tratar este importante asunto y negociar. Fue enviado como plenipotenciario extraordinario el entonces vicepresidente de la Nación, Dr. D. Julio Roca, que llegó a Londres a mediados de 1936. Allí esperó largos días y finalmente fue recibido. A pesar de todos sus argumentos los ingleses se negaron a comprar. Luego de otra larga espera, le recibieron nuevamente y le propusieron comprar la carne a un precio menor que a los dominios, siempre que la ciudad de Buenos Aires entregara todos sus transportes a un monopolio que se formaría a base de la Compañía Tranvías AngloArgentina de capitales ingleses, asegurando al capital resultante un beneficio bruto del siete por ciento.
El doctor Roca aceptó y volvió a Buenos Aires, como si hubiera sido un vencedor en las Termópilas.
Una vez en Buenos Aires, el Congreso aprobó una leycontrato en que aseguraba hasta el siete por ciento de beneficio anual al monopolio inglés. Se había consumado el más inaudito latrocinio de que haya memoria en el país, con tal de vender la carne de la oligarquía vacuna de Buenos Aires. Estos también son los actuales “libertadores”.
Esto trajo el despojo liso y llano de todo el material de las empresas particulares y los microómnibus que manejaban sus modestos propietarios. Con todo ello el monopolio formó un capital, tremendamente aumentado en la evaluación y cobró anualmente el siete por ciento bruto, con lo que sacaba ochocientos millones anuales de beneficio. Como la carne exportada por el convenio importaba anualmente unos setecientos millones, venía a resultar un brillante negocio; para que los ingleses comieran nuestra buena carne le pagábamos anualmente cien millones de pesos.
¡Estos son los “libertadores”!
Estos dos botones de muestra los he querido presentar como ejemplo, para que el lector aprecie la diferencia de nuestro procedimiento ante una tentativa de soborno y la coima organizada por los “libertadores”, como asimismo, la diferencia de cómo negociamos nosotros para el Estado y cómo lo hicieron ellos a su hora.
Los justicialistas creemos que la independencia económica, no tiene ningún valor si no ha de servir a la felicidad del Pueblo y a la grandeza de la Nación.
Cada día estamos más lejos de la orfandad legárquica, porque pensamos que la conservación del material humano, es el índice de la mayor riqueza en lo material y en lo humanista.
Podrán morir argentinos por miseria fisiológica, pero ya no mueren más por miserias sociales. Los médicos nos han ayudado a nosotros los estadistas, curando, pero no hemos nosotros ayudado menos a los médicos con las medidas sociales de mejoramiento en la alimentación y profilaxis que un mejor Standard de vida trae aparejado.
Estos “libertadores” no ven nada de esto. Total ellos recibieron del Pueblo todo lo necesario para vivir gordos y ociosos. Hay una conciencia que sólo vive en los conscientes. Los irresponsables, a menudo sólo ven lo que nosotros no vemos, por eso suelen ser felices a su manera.
Por ahí quién te dice aprendes algo y, no quedas tan mal ante las nuevas generaciones ..que la tienen más clara que nosotros..
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